Doce autonomías –nada menos que siete de ellas, del PP– sostienen un durísimo pulso con el ministro Wert, por los libros de texto. Han mandado al ajo puerro su orden de cambiar los manuales de la ley anterior, la LOE socialista, por los nuevos de la Lomce y han recomendado a los colegios que sigan utilizando los viejos materiales didácticos. Ya saben ustedes que el incalificable ministro Wert quiere implantar la Lomce a partir de septiembre en 1º, 3º y 5º de Primaria, así como en 1º de FP Básica.
Los afectados por la rebelión de las comunidades suman más de 1,3 millones de alumnos. Son nuevas asignaturas. Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Sociales que antes se daban juntas en Conocimiento del Medio, que desaparece. También es nueva Valores Sociales y Cívicos, la alternativa a Religión. El contenido de otras materias también cambia porque el Wert ha incorporado unidades didácticas nuevas, antes de que se lo lleve Pateta. Y aquí viene “la jodienda”: el lote de los libros de Primaria ronda los 200 euros por alumno y supone a las familias un desembolso anual de unos 200 millones, según la Ceapa. Así pues, Wert tiene “contentos” a los papás afectados que están estudiando la manera de ponerle una bomba.
A mayor abundamiento, cabe recordar que en los Presupuestos Generales para 2014, las ayudas para comprar libros han caído de 20 a 1,44 millones. Según datos oficiales, en 2012/2013, 600.000 niños perdieron esta especie de becas, una cifra que el Defensor del Pueblo eleva a 1,1 millones de alumnos. Cifra, también, de papás que van a votar entusiásticamente al PP: ¡por la otra punta!
La gente tiene un cabreo de aquí te espero. Por ejemplo, José Moyano, presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros dice: “El ministro tiene un problema de liderazgo y no le siguen ni las comunidades del PP. ¡esto es un caos!”. Las familias también responsabilizan a Wert por “no haber tenido en cuenta” la situación por la que atraviesan. “Hubiera sido de agradecer que se pusiera en nuestro lugar”, lamentan. Eso es imposible, amigos si el ministro no va a Fátima, en busca de un milagro para su cerebro. De momento, hay división de opiniones de los padres con respecto al ministro: unos se acuerdan de su padre y otros, de su madre.