Las autoridades sanitarias, no pusieron cortapisas a los eventos de todo tipo que se celebraron en el fin de semana del ocho de marzo, según explico recientemente Irene Montero. Lo hizo en tono de superioridad. Dijo, sin decirlo, que ellos, el gobierno hicieron lo que les dijeron que tenían que hacer, cuando en realidad esas desconocidas autoridades lo más que hacen es aconsejar, asesorar y el Gobierno que tiene más información que nadie, decide. Hace unos días, y sin previo aviso, el Gobierno lanza el confinamiento empresarial; es decir el parón de la economía. Era todo tan farragoso, tan complicado que no había tiempo para hablar con quién se debía hacerlo; es decir, patronal sindicatos, presidentes autonómicos que fueron simplemente informados y , por supuesto, los grupos de la oposición.
Siempre hay disculpas para concluir que todo va sobre ruedas, que todo se ha hecho bien y que, en todo caso, son los demás quienes no comprenden la complejidad de la terrible situación que vive nuestro país. Claro que se comprende. Se comprende y se sufre.
En este contexto, con miles de muertos y con una situación económica más que dramática, no se entiende que el presidente, busque la soledad. Mientras se escriben estas líneas, el Gobierno ya se ha puesto en contacto con sindicatos y patronal y a día de hoy, el jefe del Ejecutivo no se ha puesto en contacto con el líder de la oposición. Si ha habido contactos con el PNV, pero ahí acaba el esfuerzo por salir de la soledad.
Esta tardando y mucho el presidente para ponerse en contacto con Casado y consensuar con él las medidas más oportunas para hacer frente a lo que se nos viene encima. No cabe hablar de deslealtad por parte del PP. Alguien tiene que poner voz a los ciudadanos desconcertados ante la cascada de medidas que a su vez conllevan un marasmo burocrático que no está al alcance de todos.
Dirán que gobiernos anteriores, del PP, se entiende, cometieron errores, que llegaron tarde... ¿No son estos errores que aducen lo que les debería llevar a no repetirlos? Cuesta entender que Sanchez quiera navegar en solitario en medio de la tormenta.
Todo hubiera sido más tranquilizador para todos que las prisas no explicadas por el cerrojazo empresarial, se hubieran sustituido por un poco de sosiego.
Sánchez está buscando la soledad. No se sabe si por soberbia, por agobio o porque cree que dar espacio al PP y a otros grupos no reconviene. Pero no debe engañarse. Con sus socios de Podemos no tiene bastante. Pues no, no tiene bastante. Con ellos solos nada o casi nada puede hacer y mientras tanto se mantiene la pasarela de ministros anunciando medidas que sin duda son necesarias pero que, con toda seguridad, serían más efectivas si no se hubieran tomado de manera unilateral. Es decir, en soledad.
Si fueron las desconocidas autoridades sanitarias las que dijeron que ancha es Castilla el famoso fin de semana del 8 de Marzo, no tardaremos en escuchar que será la Oposición en su conjunto y de manera especial el PP, el que está poniendo palos en la rueda de la recuperación económica. ¡¡lo que le hubiera gustado a Rajoy escuchar eso de “no esta solo” como le dijo Casado a Sanchez¡¡. Repasen la hemeroteca y verán la indignación del hoy Presidente del Gobierno cuando llegó a España una enferma infectada por el ébola y que, afortunadamente, se curó. Sánchez se está ganando a pulso estar solo pero la culpa será de los demás. Incomprensible y temerario, Presidente.