Es sorprendente el impacto económico que puede tener la desigualdad entre mujeres y hombres.
Conocemos las cifras en cuanto a la brecha salarial. Sabemos que en España la diferencia de salarios entre sexos ronda en un 15%; es decir, los hombres ganan de media un 15% más que las mujeres. (según la UE)
Pero el impacto económico de la desigualdad puede medirse en otros muchos ámbitos. Uno de ellos es el sector turístico, ese que representa –nada más y nada menos– el 14,6% del PIB de España o, para entenderlo mejor, el sector que aporta 176.000 millones de euros a la economía nacional y 2,8 millones de puestos de trabajo.
Un reciente estudio de Closingap, “Coste de oportunidad de la brecha de género en turismo”, indica que sólo en el turismo de negocios, la brecha de género supera los 2.300 millones de euros. ¿Por qué?. La principal explicación reside en que por cada viaje de negocios realizado por una mujer, un hombre realiza tres. Lo mismo sucede con el número de pernoctaciones: por cada una realizada por una mujer el hombre hace 3,1 con el consecuente impacto económico.
Para entendernos: si los 8,7 millones de mujeres ocupadas en 2018 en España llevasen a cabo la misma cantidad de viajes al año que los hombres, se registrarían 6 millones de viajes de negocio adicionales, con su correspondiente gasto en hostelería, comercio y transporte.
¿Y por qué vinculamos esta diferencia con la desigualdad de género?. Porque existe aún en España una enorme desigualdad en materia de conciliación de la vida familiar y laboral que implica, entre otras cosas, que las mujeres están en peores condiciones para desplazarse fuera de su lugar de trabajo.
Porque son los cargos directivos los que realizan viajes de negocios y, puesto que en las empresas estos cargos están ocupados de manera mayoritaria por hombres (68%), son ellos los que viajan, pernoctan y consumen. Es más, si las mujeres que ocupan cargos directivos viajaran igual que sus compañeros, se producirían 1,6 millones de viajes más, lo que supondría un volumen de más de 600 millones de euros.
Pero aquí no se detiene el cálculo. En materia fiscal también existe el impacto de género. De no existir esta brecha en el sector turístico, el Estado podría recaudar casi mil millones más en concepto de IRPF por las pernoctaciones de las mujeres ocupadas.
En definitiva, si alguien tiene dudas sobre la necesidad de equiparar las condiciones laborales de ambos sexos, si alguien tiene todavía alguna duda sobre la necesidad de avanzar en conciliación, si aún hay quién considera que las mujeres deben quedarse en casa, aquí tienen suficientes razones de peso para ir pensando en cambiar de opinión.