Ocurrió en El Escorial. Las familias que fueron a pasar el fin de semana al cámping madrileño del Real Sitio, el sábado en que allí se clausuró la Escuela de Verano del PP, recibieron con indiferencia a la nutrida comitiva pepera. La verdad es que aquella mañana sabatina amaneció con un aparatoso despliegue policial alrededor de las tiendas de campaña de los campistas. Aquello parecía un jubileo, como si las fuerzas del orden se oliesen que allí iba a producirse un atentado: Guardia Civil, escoltas y seguridad privada patrullaban por las instalaciones para garantizar la seguridad de los políticos: aquello era un verdadero alabar a Dios. Claro está que acudía a la reunión el presidente del Gobierno que, después, se despachó a gusto. Allí, en pleno Escorial, le esperaban, entre otros, “firmas” del tonelaje de la pizpireta María Dolores de Cospedal, el mago inmobiliario Ignacio González, la golfista –porque juega al golf, eh– Esperanza Aguirre, el precioso extremeño Carlos Floriano y otros muchos militantes que se habían desplazado para asistir al acto “y cuyos nombres sentimos no recordar” (es broma).
Pues bien, salvo algún que otro curioso despistado, la inmensa mayoría prefirió quedarse en la piscina, solazándose con el agua y tostándose al sol. Todo ello, fiel reflejo de la atención y el entusiasmo que nuestros políticos suscitan entre los españolitos de a pie. Y es que cuando ciertos políticos hablan, sube el pan.
Así, ha pasado a los anales de la historia aquella frase del gallego Rajoy, referida al caco Bárcenas: “Todo es mentira, menos alguna cosas” Y se quedó tan fresco. O la celebérrima sentencia de la Cospedal, también en relación con los emolumentos del inefable Bárcenas. “Ha sido una indemnización en diferido”, frase que ha pasado a los anales de la pequeña montaña de arena del anecdotario más disparatado. Pero es que la misma incalificable Cospedal ha dicho en rueda de prensa, referirse al nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez: Que diga “quién quiere ser” y “cuál es el modelo que quiere para el país”.
Estas exigencias, señora Cospedal, deben hacerlas los socialistas y no usted, que ya tiene bastante con los líos de Toledo. Y Después quieren que el pueblo se interese por la política.