Estamos viviendo un tiempo en la ciudad de profunda preocupación sobre la capacidad de gestión que de los asuntos públicos tiene el Gobierno municipal. De poco ha servido el apoyo dado en los presupuestos vista la capacidad de aplicación de las partidas. En los grandes proyectos transformadores las cosas no marchan nada bien, pero tampoco en el resto de asuntos. Dos ejemplos.
El primero implica a las personas que están esperando por la licencia de primera ocupación de sus viviendas en el Ofimático. Unas 200 familias cooperativistas están viviendo una situación desesperada. Los retrasos acumulados, promesa tras promesa de fecha de entrada en sus casas, “comeréis las uvas allí” les dijeron en otoño de 2017, les está causando prejuicios enormes, tanto que pueden echar por tierra todo su proyecto de vida. Ahora el Gobierno Municipal está esperando que Gas Natural Fenosa solucione un problema de suministro. Estos dicen que el problema no es de ellos sino del Ayuntamiento. Y las familias en el medio. Esperpéntico. Esperamos que sea el último pelotazo que reciban en la partida de tenis involuntaria que están viviendo y en los próximos días puedan tomar posesión de sus viviendas.
Por otra parte, la gestión del proyecto estrella de los presupuestos del 2017, la vivienda. Destinaron 1.200.000 euros a la compra de pisos para vivienda social. Resultado: un fiasco mayúsculo, por la rigidez de las bases solo aplicaron el 20% de la partida. Pero no queda ahí la cosa, hicieron del proyecto un escándalo ético que la ciudad no merece. Resumiendo lo sucedido, se firmó ante notario, en nombre de la ciudad, la compra de un local comercial (susceptible de convertirse en piso siempre que cumpla unos requisitos que a día de hoy no cumple) con menos metros en escritura pública de los que exigían los pliegos de esa peculiar “libre concurrencia” estilo Marea, rígida para unos, “interpretable” para otros. Todo puede explicarse por posibles errores, tal y como expuso en Comisión uno de los concejales firmantes, pero nos hace dudar seriamente que así sea, ya que el local comercial en cuestión era propiedad de una persona muy conocida por quienes aprobaron la operación. Para redondear el vodevil le compran otro piso, este sí piso, a la misma persona, pero igualmente sin escriturar los metros que exigían los pliegos... Desde luego no le anda lejos el tema a lo del Master de Cifuentes. Se lo vamos a poner fácil en el pleno extraordinario del miércoles para enmendar el posible error. Vamos a pedir que eleven todo el expediente al Consello Consultivo, órgano creado para estos fines, cuyos dictámenes son vinculantes.Si está mal se retrotrae el expediente y se salvaguarda la seguridad del ayuntamiento y si está bien se refuerza el argumento sostenido hasta la fecha. Así de simple.
Un último párrafo para reconocer al voluntariado y profesionales de los servicios de emergencias la infatigable tarea rastreando la costa coruñesa esperando que el mar devuelva a la joven desaparecida. Gracias de todo corazón.