Pero sin cachondeo: ¡A mí que me lo expliquen! El periódico El Ideal Gallego de fecha 4 de los corrientes publicaba en titulares: “El PSOE denuncia que el Ayuntamiento (de La Coruña, claro) se ha hipotecado en 53 millones de euros”. El mismo PSOE decía que “la deuda ha aumentado un 4% desde que Negreira ocupa la Alcaldía”. Bueno, una de dos: o los socialistas mienten como bellacos y, entonces, hay que mandarlos a galeras, o el alcalde Negreira –si no sale a dejar clara la verdad– es un manirroto, un despilfarrador, un dilapidador de los intereses ciudadanos, en cuyo caso es él quien debe ser condenado a las “zahúrdas de Plutón”. Los socialistas hablan de que el Ayuntamiento negoció cinco préstamos (el más reciente, firmado en la semana del 30 de junio al 5 de julio); por un importe total de 53 millones de euros.
Sumen ustedes –dicen los socialistas– los créditos aún no otorgados, pero sí solicitados, lo que elevaría el total de la deuda a 101,9 millones de euros (PSOE dixit), con lo cual los discípulos de Pablo Iglesias (los del linotipista, no los del “coleta”) consideran que Negreira está abusando de los préstamos. Van más lejos las mujeres y los hombres del puño y la rosa cuando dicen: “Los coruñeses pagan más impuestos, disponen de menos servicios públicos y padecen recortes sociales”.
Para jugar las diez de últimas, los socialistas afirman que el actual alcalde no ha cumplido ninguna de las promesas que hizo a los coruñeses: ni en el plan de empleo, ni en el de hostelería y comercio, ni en las infraestructuras de los barrios ni en la gestión austera. Hombre, señores socialistas, no todo lo hizo mal. Veamos: supo, quiso y pudo descabalgar a la Santísima Virgen del Rosario de su día festivo y también, según esto, se vio impotente para devolver el artículo “La”, tan prometido en la campaña electoral, porque su señorito de Santiago le dijo que lo de La Coruña chirriaba y un Negreira, siempre obediente al mando, bajó el pantalón político.
Por su parte, el amiguísimo Julio Flores, no sé si aún es el “alter ego” del alcalde, dice: “Si hay que sacar dinero de debajo de las piedras lo vamos a hacer”. Señor Flores, le juro que le creo a pies juntillas. Es usted muy capaz, faltaría más.