Un juez es una persona con mucho poder. Sobre él recae la responsabilidad de mandar a alguien a la cárcel o dejarlo en libertad y, la verdad, es de suponer que tiene que ser muy equilibrado a la hora de tomar una decisión. Por ello, sorprende el ataque de piojos que le dio a Grande-Marlaska, que además de ministro de Interior es juez, cuando destituyó al coronel Diego Pérez de los Cobos por negarse a informarle sobre el rumbo de la investigación sobre el 8-M. Ahora, otro colega de Marlaska se encarga de reponerlo en su puesto por considerar ilegal la decisión del ministro.