Durante el año pasado, debido a la pandemia, la movilidad se redujo al mínimo. Curiosamente, fuentes de la Concejalía de Seguridad Ciudadana, señalan que ocurrió lo contrario con la delincuencia de baja intensidad, que pasó de ser endémica en algunas zonas a fluctuar de zona en zona. Los estudios que ha realizado la Policía Local demuestran este movimiento, que afectó especialmente los barrios de A Falperra y Os Mallos y, recientemente, Las Flores. Y piensa responder con Policía de Barrio.
No se trata solo del fenómeno okupa, que durante 2020 se convirtió en uno de los primeros focos de conflictividad. Hay que tener en cuenta que el cierre del ocio nocturno acabó con uno de los principales focos de problemas que consistían en las peleas que tenían lugar a altas horas de la noche o, en caso de los after-hours, a primera hora de la mañana. Pero esta clase de incidencias desaparecieron durante la mayor parte de 2020 dejando como la más destacable un nuevo tipo de delincuencia de baja intensidad, la genera por okupas, muchos de ellos inmigrantes en situación o irregular u otro tipo de riesgo de exclusión social. Todos son muy jóvenes y presentan un “perfil complicado” que llevan aparejados delitos, sobre todo robos con fuerza y hurtos, y violencia entre ellos. Pero los vecinos de las casas ocupadas son los primeros en notar la inseguridad que generan. Los agentes veteranos reconocen que es muy diferente: “El delincuente habitual nunca roba donde vive, pero estos si”. Es decir, que cuando son expulsados (por ejemplo, de uno de los edificios de A Falperra en octubre del año pasado) buscan un nuevo lugar donde instalarse, como Os Mallos, y empiezan a actuar allí. “Nunca se mueven mucho de su zona”, aseguran.
Un nuevo despliegue
Ante esta situación, la Concejalía de Seguridad Ciudadana, de la que es responsable Juan Ignacio Borrego, pretende aprovechar el impulso que les proporciona la llegada de 24 nuevos agentes a finales del año pasado, que han paliado en parte el déficit de plantilla que padecía desde hace dos años la Policía Local, que a día de hoy ronda los 360. La idea es un nuevo despliegue, parecido a la Policía de Barrio.
Es decir, los agentes volverán a patrullar a pie, como siempre han reclamado los vecinos (Y algunos grupos de la oposición, como el PP) pero no por toda la ciudad. No existen suficientes policías como para hacer eso, así que la idea es que se situarán en los lugares de más afluencia de público o en lugares conflictivos, según lo determine la situación de la delincuencia que, hoy por hoy, es más cambiante.