Por más que Pablo Casado se enganche del brazo de Isabel Díaz Ayuso para salir en la foto y su sonrisa sea la más grande, la victoria popular en la Comunidad de Madrid ha sido a pesar de él. Hablar ahora de la triunfadora de la noche electoral como si fuese su descubridor, su representante y su orgulloso hermano mayor –aunque ella tiene tres años más– parece un triste intento de acaparar un poco de la atención que se le escapa por momentos. La derecha española ya tiene a su musa y hasta la prensa internacional le dedica unas atenciones con las que el presidente del PP solo puede soñar. Y mientras él se quiere apuntar un tanto que no le corresponde ya surgen las voces que se preguntan cuánto va a tardar la lideresa de los que quieren ‘vivir a la madrileña’ en ganarse al partido e intentar el salto a La Moncloa. Será por eso de atar en corto a los rivales por lo que Casado parece haberse convertido en el presidente del club de fans de la todopoderosa Ayuso. Se ve que este no es de los que dejan el cargo cuando no pueden aportar más.