Se diría que la pandemia ha afectado a todo, incluso a las gaviotas. Algunos aseguran que estas aves se han vuelto más agresivas en su búsqueda de comida, pero Manuel Vidal, técnico responsable del contrato del control de plagas en el Ayuntamiento, asegura que no existen pruebas de ello. Lo que sí se sabe es que la población de gaviotas puede haber caído un 36%. Es decir, algo menos de 600 parejas reproductoras.
El cálculo es difícil y se basa en el número de reclamaciones, que el año pasado cayeron un 30%. Pero, además, Vidal apunta que la falta de actividad humana ha reducido las fuentes de comida de esta especie oportunista. Con la hostelería cerrada, sin colegios ni parques donde rapiñar comida, las gaviotas han puesto menos huevos. “Es una forma muy efectiva de influir en la población”, señala el experto.
Sobre este punto, la concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, señala que “alimentar a gaviotas y palomas es acostumbrarlas a acercarse al ser humano en busca de su sustento, algo que, además de alterar su ecosistema, aumenta la suciedad y los riesgos para nuestra salud, siendo además de ser una conducta sancionable.
Los técnicos han tenido problemas para llevar a cabo su trabajo, sobre todo si había en el domicilio al que debían acudir algún afectado, así que por fuerza tuvieron que reducir su actividad. El año pasado, su trabajo comenzó con retraso debido a la pandemia. “Pero como se declaró un servicio esencial, lo pudimos hacer, solo que empezamos a principios de mayo en vez de a finales de abril”, señaló .
También palomas
Actúan contra la gaviota patiamarilla, pero también con la paloma y estornino. El año pasado se recibieron 1.428 llamadas, y el 73% se referían a gaviotas, y palomas un 18%. No es que estas últimas sean escasas. Se estima que existen 20.000 en toda la ciudad, pero no suelen ser tan molestas como las gaviotas, aunque han demostrado ser más resistentes, porque su población apenas ha decrecido.
El resto se refiere a cualquier otra ave: estorninos, gorriones, y, en algún caso, cormoranes e incluso halcones. El servicio actúa a partir de una llamada (normalmente a través del 010 o del 092) y se trabaja los 365 días del año con un plazo máximo de 12 horas en casos urgentes, matizan, así que a veces Bomberos o Policía Local realizan la captura en sí. Si se puede, se retira el nido. “Lo que hacemos es ‘invitarlas’ a dejar de anidar en elementos artificiales pero nos evitaríamos muchas quejas con un buen diseño de la edificación”, dice Vidal.