La aprobación esta semana por parte de la Junta de Gobierno local de un presupuesto de 78.400 euros para la redacción de un nuevo pliego de condiciones para el contrato de gestión de la planta de reciclaje de Nostián supone la aceptación, por parte del Gobierno de Inés Rey, de que es necesario comenzar desde el principio. La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, había reiterado que el pliego de condiciones dejado por el Gobierno de la Marea no era de su agrado, pero no ha sido hasta ahora, a mitad del mandato, que han decidido que es inaceptable. Eso significa que, muy probablemente, el documento no estará listo hasta el mandato que viene, convirtiendo el contrato de Nostián en una de las tramitaciones más largas de la historia del municipio.
Rey había señalado en 2019 que los documentos “estaban muy verdes” y decide ahora rehacerlos
Llama la atención que en octubre de 2019, la alcaldesa, Inés Rey, señalara que los pliegos para la nueva concesión estaban “muy verdes” y que le faltaban meses. La Marea, que los había elaborado, contraatacó mostrándolos públicamente. El 31 de diciembre de ese año finalizaba el contrato con Albada, la actual concesionaria, y Rey se veía obligada a prorrogarlo. En enero anunciaba la intervención de la planta para asegurarse de que no habría despidos, puesto que la dirección aseguraba que sufría pérdidas. Aquella situación continuó durante un año (el Ayuntamiento mantuvo un interventor, pero la gestión permaneció en manos de Albada) y luego se volvió a la situación anterior. Ahora, el Ayuntamiento pretende contratar una asesoría externa para elaborar el pliego de condiciones, proceso que llevará algo más de un año. Y otro año en firmarse. Para la Marea, es imposible que se licite en este mandato.
Una planta nueva
En todo caso, el nuevo pliego de condiciones supone una planta enteramente nueva, que sustituya a la actual, que fue pionera en su tiempo pero que ya tiene 25 años de existencia y que prácticamente ha llegado al final de su vida útil, salvo la zona de triaje (donde se separa la basura), necesita una renovación completa en su absoluta, con los biodigestores como principal problema (puede que sea necesario hacerlos de nuevo).
La primera nave que se construyó ni siquiera se está utilizando.
El Plan Anual de Contratación municipal elaborado en 2020 preveía una duración de 15 años para el futuro contrato, con un coste de 299 millones de euros, uno de los más caros del municipio. Su elaboración pasa ahora por mejorar la tasa de reciclaje del 50% al 90% pero la Marea asegura que todo eso estaba contemplado en su pliego y considera que el Gobierno local tendrá que explicarse.