participar en un ritual místico en el que hay que inhalar veneno de sapo es una de esas actividades que no tiene pinta de que vayan a acabar bien. La muerte de uno de los hombres que tomaron parte en la sesión que celebró en su casa Nacho Vidal no es una sorpresa, pero al actor le puede costar caro meterse a chamán. De momento, está en libertad con cargos acusado de un delito de homicidio imprudente. Jugar con la salud de uno mismo es una cosa, pero ir de curandero no suele ser una buena idea. Por no hablar del peso de cargar con la muerte de otro. FOTO: nacho vidal, en modo superviviente | efe