Hasta 75 incidencias ha contabilizado Augas de Galicia en la red de saneamiento de los cuatro municipios limítrofes con O Burgo durante la elaboración del plan de saneamiento local de la ría. El lugar más problemático es el ayuntamiento de Oleiros, cuyo gobierno tendrá que solventar 29 fallos en su sistema de alcantarillado, algunos que pueden tener fácil solución y otros que requieren reparar tuberías y colectores. La labor de los ejecutivos municipales dentro del protocolo elaborado por la Consellería de Medio Ambiente para mejorar el estado del estuario es básicamente de mantenimiento, frente a las grandes obras que se compromete a ejecutar el departamento autonómico.
A Oleiros le sigue Culleredo con 24 fallos y Cambre con 13. Por su parte, A Coruña solo tendría que realizar nueve actuaciones todas ellas en Santa María de Oza –la inmensa mayoría– y San Vicente de Elviña. Eso sí, hasta cinco de ellas provocan fugas o vertidos debido a tuberías rotas, aliviaderos de los bombeos y filtraciones.
A Coruña solo contabiliza nueve fallos y todos ellos se concentran en Oza y San Vicente de Elviña
Volviendo al municipio de Culleredo hay varias zonas problemáticas como Dorneda, Dexo, Perillo u Oleiros, entre otros. Pero el entorno en el que mayor número de fallos se ha detectado es en San Pedro de Nós. En esta zona hay colectores obturados totalmente en su salida, pozos que desbordan o en los que entra auga de un río y hasta uniones de la red de pluviales con la de fecales.
Pero no son los únicos problemas, entre todos los errores destacan una conducción que cruza un riachuelo a cielo abierto en San Martiño, Dorneda, un pozo que vierte a la la playa de Bastiagueiro, aunque no se aprecia en superficie, o tres pozos que por las obras de una carretera en Santa María de Oleiros están sin ningún tipo de protección ni tapas.
En el caso de Culleredo, hay varios colectores de fecales conectados a la red de pluviales en Almeiras, al revés sucede en Ledoño con dos colectores de fecales y en San Estevo incluso hay vertidos directos al río que, según el documento autonómico, provocan olores.
Y, por último, Cambre no se queda atrás. Aunque el número de incidencias es menor, algunos son igualmente graves. Desde vertidos en las cunetas de Anceis, pozos que incorporan aguas pluviales en Cecebre, bombeos enterrados y otros nuevos sin poner en servicio en Brexo, hasta simples tapas rotas en varias parroquias. Especialmente llamativo es el caso de Sigrás porque hay evidencias claras de aguas fecales en el río debido a que el pozo está en el cauce y la arqueta anegada.
Respecto a las faltas más comunes, en todos los ayuntamientos hay salidas parcial o totalmente obturadas, circulación lenta y filtraciones de todo tipo. Se desconoce la inversión que se necesitará para solventar estos fallos puesto que en el protocolo de la Xunta solo se indican las coordenadas exactas de cada una de ellos, gracias al estudio realizado con un sistema GRPS.
Todavía no hay tiempos de actuación. El convenio se limita a decir que los municipios “se comprometen a subsanar en el plazo más breve posible las incidencias”.