La Autoridad Portuaria y Repsol sellarán hoy el inicio de la liberación del muelle de San Diego con el acuerdo para el traslado del tráfico de crudos al Puerto Exterior. Pese a esto habrá que esperar para ver los terrenos portuarios libres de la actividad de la petrolera ya que todavía quedará pendiente, para una segunda fase, la mudanza de los productos refinados.
El convenio que se firmará esta tarde (que estará avalado por la ministra de Fomento, Ana Pastor), solo afecta a un tercio de los terrenos ocupados por la compañía en el muelle interior, los destinados al almacenamiento de crudos, aunque, tal y como apuntó el alcalde, Carlos Negreira, sí permitirá alejar de la ciudad la presencia de barcos petroleros en un período máximo de cinco años, que es el tiempo que necesitará Repsol para estar operativa en punta Langosteira.
El hecho de que el tráfico de productos refinados se siga realizando desde San Diego implicará que continúe operativo el poliducto de seis kilómetros que atraviesa la ciudad. Lo que ya no circulará por esta canalización es el petróleo crudo, que representa cerca del 60% de la actividad de la compañía en el puerto de A Coruña.
En el acto de esta tarde se espera que se desvelen algunas de las claves del traslado de Repsol a punta Langosteira, como el tiempo que se necesitará para completar la mudanza de todo tipo de tráficos. Otro interrogante importante es si la Autoridad Portuaria podrá disponer de inmediato de los terrenos que se liberen en esta primera fase, o si deberá esperar a que se complete el traslado.
Falta por saber, además, a cuánto se eleva la indemnización que recibirá la petrolera por abandonar los muelles interiores antes de que finalice su concesión en 2027. Aunque el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada, llegó a decir que, cuando se iniciaron las negociaciones en 2009, la compañía pidió 240 millones de euros, la última cifra conocida estaba por debajo de los 120 millones.
La compañía deberá hacer una inversión importante para poder operar en Puerto Exterior. En punta Langosteira dispondrá de un pantalán propio y una terminal de graneles líquidos. La obra se completará con la construcción de un poliducto que enlazará sus futuras instalaciones en la dársena exterior con la Refinería.
fachada marítima
El Ayuntamiento ve en el inicio del traslado de Repsol la confirmación de la operatividad del Puerto Exterior, que comenzó a construirse en 2005. Las instalaciones están en operativas desde el 24 de septiembre de 2012, cuando la dársena acogió la primera acción comercial con mercancías.
El objetivo es mover la actividad del puerto a punta Langosteira, y recuperar para uso ciudadano 400.000 metros cuadrados de la fachada marítima. Negreira aseguró la semana pasada que ya están trabajando en el proyecto que definirá los usos de las instalaciones portuarias. A este plan se sumará la renovación que se está llevando a cabo en O Parrote y en La Marina.