La práctica totalidad de los espectadores del desfile anual de Victoria’s Secret eran hombres y no se tiene noticia de que alguno de ellos hubiese pisado alguna vez una tienda de la marca. Está claro que el evento triunfaba como espectáculo –seguro que más de uno lo tenía marcado en el calendario, como la SuperBowl–, pero como estrategia de venta dejaba mucho que desear. Así que ahora la empresa se despide de sus ángeles y se centra en las mujeres reales, con embajadoras que no parecen de una especie superior. Más vale tarde que nunca. FOTO: Adriana Lima, uno de los ángeles de Victoria | efe