De un tiempo a esta parte se están efectuando obras en el centro de la ciudad y cambiando su fisonomía, al menos presenta una mejor cara, al visitante, de la que tenía hace unos meses, cuando parecía más una ciudad sitiada, con sus horribles cercas de granito. Ahora se hizo un lavado previo a como quedará en un futuro próximo esa parte de la ciudad. Por otro lado al cambiar la circulación en doble sentido en un mismo carril, despista mucho al viandante, que está acostumbrado a pasar igual que lo hacía antes, mirando izquierda a derecha, por sí venía tráfico, ahora el vial es el mismo, desde Correos hasta la altura del antiguo Banco de La Coruña y esto descoloca al peatón, ya hubo varios sustos y ninguna intervención de momento, pero todo es posible.
Aprovechando esta circunstancia de obras, se ornamentó la Rosaleda y se está en vías de hacer lo mismo con el Paseo de Méndez Núñez, sus jardines, en este punto, hay que reseñar queda un kiosco abandonado, desde hace más de 20 años, sin que, ninguna corporación anterior desde Paco Vázquez, a la actual de Inés Rey, retirara dicho kiosco, que presente una mala imagen para la ciudad, donde se acumula suciedad y abandono, al no tener uso la caseta allí instalada en su momento para expender refrescos y otras viandas, al público que frecuentaba y frecuenta dicho lugar del estanque de Concepción Arenal, en donde se haya situado este kiosco, sería de interés su retirada del lugar que ocupa y daría otra vistosidad a la zona que alberga el monumento referido.
En cuanto a la Rosaleda, debo manifestar que ha quedado magnífica, mi temor, es cuánto durará su esplendor actual, teniendo en cuenta la falta de civismo ciudadano, al permitir la suelta de los perros que arrasan con aquellas plantas y flores, carece de un cartel que prohíba andar sueltos dichos animales y sus dueños hacen caso omiso incluso de las advertencias, el jardín y Rosaleda, debe ser para disfrute de todos los ciudadanos en general, no para unos pocos que se consideren con mayores atributos en perjuicio del resto de la ciudadanía. Antes los parques y jardines eran para disfrute de niños y gente mayor, los pequeños jugaban y los mayores paseaban, hoy no se puede hacer ni una cosa ni otra, los dueños de los canes, tienen copado el lugar céntrico de la ciudad y sus mascotas libres como. Si estuviese en su casa revoloteando. Lo malo que su mantenimiento y arreglo, corre de cuenta de los impuesto ciudadanos en general. En este caso alguna medida habrá que tomar o el Municipio tendrá un considerable gasto en arreglos.
Sí se mantiene la regla de prohibir el botellón, algo que nunca debió consentirse, hasta llegar un momento tan abusivo en la suciedad generada y la degradación del propio parque, también se deben tomar medidas a lo señalado y dejar los parques y jardines para niños y mayores.