La ocupación irregular no es un fenómeno nuevo en la ciudad. De hecho, en los últimos años se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los vecinos, sobre todo cuando se trata de individuos marginales que se apropian de edificios vacíos, abandonados desde hace tiempo, porque a menudo causan problemas de convivencia e inseguridad. Pero es en Os Mallos donde está despuntando un nuevo tipo de ocupación, que no se centra en viviendas, sino en bajos comerciales. Ya se han dado varios casos en los últimos meses, pero el que genera problemas ahora es un bajo de Diego Delicado.
La inseguridad y los problemas de convivencia suelen acompañar esta clase de allanamientos
Se trata de una antigua sucursal bancaria que después fue la sede de una empresa de servicios sociales que cerró tiempo atrás, así que nunca fue una vivienda. Los vecinos aseguran que fue allanado el 25 de junio, y desde entonces, el trasiego ha sido constante. Los testigos señalan que pueden encontrarse en ese bajo hasta cinco habituales, que en algunos momentos pueden llegar a la docena. “Son gente problemática, si no les dejas entrar a usar el baño sin consumir se enfrentan contigo”, explican en un bar cercano. También se ha comprobado cómo introducen objetos, como “un montón de bicicletas nuevas” y cómo van y vienen extraños. Los vecinos deducen que están traficando.
El problema saltó al a luz publica el fin de semana pasado, cuando unos individuos (algunos testigos aseguran que son los mismos que habían ocupado el otro local) allanaron el local del lado. Habían llegado a cambiar la cerradura cuando apareció el dueño, armado con una barra de hierro, y consiguió expulsarles, aunque su acto puede tener consecuencias, puesto que los okupas denunciaron a la Policía que les había provocado lesiones. Por eso las autoridades aconseja a los afectados no tomarse la justicia por su propia mano y seguir el procedimiento judicial, aunque este sea, en muchas ocasiones, largo y frustrante.
Ese mismo día, el sábado, se localizó otro bajo con la luna rota en el número 19 de Eusebio da Guarda. Como el establecimiento estaba vacío, y por tanto no había nada que robar, se especula con que habría intentado instalarse en él de la misma manera, aunque la Policía Nacional no anunció el arresto de nadie y se ignora la identidad del autor del hecho
Diego Delicado acoge uno de estos lugares, pero se han registrado varios casos más de este fenómeno
A estos tres casos, más recientes, se añade un precedente significativo: a principios de febrero de este mismo año, las imágenes de un video en el que unos jóvenes destrozaban la vidriera de un local en Francisco Catoira recorrieron A Coruña. Ese establecimiento vacío llevaba protagonizando intervenciones de la Policía Local desde días antes, por continuas ocupaciones ilegales. Finalmente, el Cuerpo Municipal requirió de urgencia a la Concejalía de Urbanismo un permiso de obra para sellar el local con persianas metálicas.
Ese fue un hecho insólito. La razón era llevaba vacío bastante tiempo, había sido ocupado en repetidas ocasiones por el mismo individuo, que siempre regresaba. Al igual que en casos que lo sucedieron, ese local no era una vivienda y no estaba equipada como tal, pero eso es algo que preocupa poco a los que se apropian de ellos.