Los traductores

el gobierno está en ello pero hay que urgirle a que ponga los medios necesarios para que a la mayor celeridad posible los traductores afganos que ayudaron a nuestras tropas desplegadas en Afganistán vengan pronto a España. Sus llamamientos para venir a España son la metáfora del horror que vive aquel país.

Aquí, en el nuestro, encontrarán la seguridad y la estabilidad que en su país no existe porque allí, después de veinte años de presencia de militares occidentales, los talibanes están demostrando su poder de manera inmisericorde. Cada jornada nos despertamos con un nuevo avance de estos bárbaros que no conocen límites para imponer su modo de entender la vida . Les da igual destrozar estatuas que apedrear a mujeres , que asesinar a niños, que tirar desde las azoteas a los homosexuales que decapitar a jóvenes sospechosos de no llevar la vida que ellos consideran adecuada.

Han pasado veinte años desde que las tropas occidentales llegaron a Afganistan y ,a tenor de los dramáticos acontecimientos, poco o nada se ha conseguido. El pasado vuelve como una pesadilla de la que parece imposible deshacerse. Es una pesadilla real y terrible ante la que el mundo occidental aparece inerme y, lo que es peor, indiferente.

Debe ser muy duro para cualquier mandatario enviar a sus tropas a un país como Afganistán. No se les envía a una operación diplomática, sino a jugarse la vida. Más de cien españoles han muerto en tierras afganas y muchos más estadounidenses. Mientras allí han estado, Afganistán y sus ciudadanos han vivido rendijas de libertad. Las niñas acudían a la escuela, abrieron los hoteles de Kabul y nadie moría guillotinado en medio del desierto. Se llevó agua y luz a donde no la había y los hospitales, mal que bien, podían atender a los enfermes. Todo un logro para un país sometido a la dictadura de los bárbaros talibanes.

Después de veinte años, estas tropas, todas, se retiran y los talibanes , agazapados en su crueldad , han vuelto. La gente huye de sus hogares, muchos de ellos destrozados por la crueldad sin límites de estos bárbaros que solo entienden el lenguaje de la violencia extrema. Veinte años que han servido para muy poco. Yo diría que para nada.

Aún constatando el fracaso evidente de la intervención occidental y llevada por el horror que me produce el sufrimiento ajeno, me pregunto si debemos dejar al pueblo afgano a su suerte. Los bárbaros talibanes están a un paso de Kabul. En su periplo de conquista ya han sembrado el terror allí por donde han pasado y cuando lleguen a Kabul, que llegarán, su triunfo será incontestable.


Biden se muestra implacable. Sus tropas se retiran y que sea el ejército afgano el que ponga orden ¿como va a poner orden un ejército recién formado y con medios escasos cuando lo que tiene enfrente es a otro ejército que ni siquiera respeta las normas de la guerra?. No soy experta en geopolítica y, mucho menos, en estrategias militares pero algo se ha hecho mal o algo se ha dejado de hacer para que los bárbaros talibanes se hagan de nuevo con el poder. Lo que si se y estoy segura de ello es que sobre nuestras conciencias pesará - así debería ser- que mientras se escriben estas líneas alguna mujer se habrá visto cruelmente asaltada y algún joven habrá sido guillotinado en el desierto. ¿Es posible más horror ?

Los traductores

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