Los días nublados en verano pueden desesperar a cualquiera y este año, después de un julio nefasto, es más que necesario hacerse con una buena lista de planes para aprovechar al máximo las posibilidades de la ciudad y su área metropolitana, que no son pocas y muchas de ellas no implican gastos ni esfuerzo.
Una de las opciones más socorridas pueden ser las visitas guiadas, que son variadas en A Coruña. El guía Suso Martínez tiene algunas de las más concurridas: la del Puerto –miércoles y sábados a las 19.00 horas–, la de la historia del deporte coruñés –viernes a las 12.00 horas– y la andaina de los domingos por la Torre de Hércules –12.00 horas–.
Tras la caminata es imprescindible reponer fuerzas y son numerosos los parques y jardines en los que hacer un picnic, si la lluvia lo permite. Si uno quiere adentrarse en las comarcas vecinas, el área recreativa de Reboredo (Oza-Cesuras) o la de Chelo (Coirós) son buenas opciones para comer a la sombra y disfrutar de aire puro.
Si caen chaparrones la cosa se complica y, aunque sea un tópico, la gastronomía siempre está ahí. Pulpo, pimientos de Padrón, tortilla de Betanzos, tomates de los que saben a ídem, mariscos y pescados son un estandarte, aunque para disfrutar de una experiencia de otra galaxia hay que subir al monte de San Pedro y comer en la única estrella Michelin de la ciudad, el restaurante Árbore da Veira.
Para los más futboleros están las visitas al estadio de Riazor, donde conocer la historia del Deportivo y sus instalaciones, así como contemplar los seis títulos del equipo, entre ellos una Liga y dos Copas del Rey.
Ni que decir tiene la amplia oferta de patrimonio y museos de la ciudad, desde la Domus, la Casa de las Ciencias y el Aquarium Finisterrae hasta el castillo de San Antón, la Torre de Hércules, el palacio municipal o el mercado de San Agustín, el “Guggenheim” gallego de los años 30.
Siguiendo la estela de localidades como Ordes o Carballo con sus festivales de arte urbano, el municipio de Cambre se ha sumado a la fiebre de los murales y cuenta con casi una decena distribuidos varias zonas y que ya se han convertido en un reclamo. Destaca especialmente uno de Joseba Muruzabal, oriundo de la localidad y creador de la saga “Fenómenos do rural” –también conocida como la de las “superabuelas”–. De él también puede observarse otra pieza de esta serie en Santa Cruz, Oleiros, donde se destaca la tradición alfarera del lugar. Ya para rematar, en Sada da la bienvenida otro mural, esta vez de Isaac Díaz Pardo, obra de Lula Goce.