“Crearemos una asignatura de valores cívicos y será obligatoria”, decía hace tres años la entonces ministra de Educación, que los alumnos que estos días se incorporan a las aulas no encontrarán en sus programas hasta dentro de un año.
El objetivo de esta asignatura, una necesidad social sentida, es educar y enseñar a vivir en sociedad, aunque presiento que vendrá con tan fuerte carga ideológica que impedirá el consenso y, por tanto, será arma de confrontación, como en su día fue Educación para la Ciudadanía.
Pero en educación, como en otros órdenes de la vida, casi todo está inventado y esa asignatura necesaria se puede incorporar al proceso educativo sin confrontación alguna si las autoridades adoptan como texto los Bandos que el alcalde Tierno publicó entre 1979 y 1985 para compartir con los madrileños sus preocupaciones como Regidor de la Villa y exhortarles a que recapaciten sobre los problemas de la vida en la ciudad.
Esos edictos, que Lázaro Carreter llamó “risueñas prosas, serias y didácticas”, son un tratado de civismo, un “manual del buen ciudadano” que aborda todos los temas que inciden en la convivencia diaria sin carga ideológica alguna y tienen valor universal, vivas donde vivas.
El Viejo Profesor invita a celebrar el día de la Constitución, “Ley de leyes por la que hemos de avanzar hacia el logro de nuestra dicha privada y bienestar público…”; insta a defender la democracia tras el intento de golpe de Estado de Tejero; predica la igualdad entre hombres y mujeres; pone límites a la libertad individual, “la libertad es bien de todos”; invita a los madrileños a celebrar “su condición de europeos y dice a los jóvenes a que se comporten durante las fiestas “sin salacidad ni grosería”.
El Regidor persuade, exhorta y amonesta “cuando es menester” a los vecinos sobre asuntos de la realidad prosaica: usar las papeleras y contenedores; cuidar la naturaleza; moverse en transporte público; respetar las normas de la circulación rodada; evitar los ruidos molestos; participar en “las grandes y sonadas fiestas” y acontecimientos de la Villa -mundial de fútbol, FITUR- “dando buena acogida a los muchos visitantes…”.
Releer estas 19 piezas literarias cuarenta años después representa el reencuentro con una prosa sublime que utiliza los mejores recursos del lenguaje en unos textos que tienen el mismo valor de cuando vieron la luz. Siguen siendo hoy un tratado de civismo, de buena educación y tolerancia, valores que son el fundamento de la convivencia.
Imposible rechazar estas pragmáticas del Alcalde Tierno como guía de comportamiento ciudadano. Contienen todos los valores cívicos que hoy necesitan aprender los escolares y recordar los mayores.