Las encuestas, dice Naresh K. Malhotra, uno de los grandes expertos en marketin (Investigación de Mercados, Pearson Ediciones, 2008) investigan y recopilan datos sobre temas diversos mediante preguntas diseñadas para obtener informaciones específicas que se formulan a una muestra representativa de ciudadanos
Sirva esta introducción para comentar los resultados del sondeo de Sigma Dos, publicado por el periódico El Mundo el Día de la Hispanidad, cuyo objetivo era indagar “la relación de los españoles con su identidad colectiva” empezando por conocer su opinión sobre su sentido de pertenencia a España.
De eso iba la primera pregunta: “¿En qué medida se siente orgulloso de ser español o española?” y la respuesta fue contundente: el 74 por cien de los españoles se sienten muy orgullosos (45,2 %) o bastante orgulloso (28,9 %) de serlo. Tan solo un 8,2 por cien no siente ese orgullo, porcentaje similar al de los que rehúyen el nombre de España y prefieren decir “el Estado o país”, como los nacionalistas o Errejón que denominó a su partido “Más País” para evitar “Más España”.
Sobre el castellano, la lengua común, la mayoría de los españoles cree que es necesario reforzar la ley para asegurar su enseñanza en todo el territorio nacional, muestran su querencia a la bandera y al himno y son partidarios de que se incrementen las sanciones contra los que ultrajen estos símbolos de la nación.
La encuesta refleja la serenidad y sensatez de los españoles -en España, lo mejor es el pueblo, dijo Machado- que en su mayoría se identifican con la estructura del Estado y las columnas que lo sostienen y tienen un alto sentimiento patrio, pese a que el independentismo y nacionalismos llevan mucho tiempo cuestionando la idea de España.
Por eso traigo los resultados a este comentario porque, después de las crisis financiera de 2008 y la sanitaria que aún padecemos, estas respuestas ciudadanas son como una inyección de moral y el antídoto para no sucumbir al pesimismo y a la tentación de percibir a España como un país desestructurado y dividido. Esa es la imagen que transmiten los políticos que, con su permanente crispación y trifulcas, intoxican y polarizan a la sociedad e incitan a auto flagelarnos pensando que el nuestro es el peor país del mundo.
Y no es así. Es verdad que España pasa por un mal momento pero sigue en pie, está en el buen camino para vencer la pandemia e irá resolviendo la crisis económica a pesar de la mediocridad de una clase política poco formada y menos solvente que, en lugar de ser la solución, es el problema. No es mucho pedirles que mientras estén dirigiendo al país tengan el mismo sentido patrio que muestran los ciudadanos.