Los vecinos del Orzán, hartos de la inactividad del Ayuntamiento, han decidido pasar a la acción con una iniciativa que ha ido trasladándose de portal a portal y de la que se espera un alto seguimiento en los próximos días. La misiva invita a todos aquellos vecinos que no puedan descansar por el ruido nocturno a poner una sábana blanca en la ventana de sus domicilios.
El presidente de la asociación Ensenada del Orzán, José Luis Méndez, asegura que esta idea “ha surgido de forma espontánea este fin de semana porque había vecinos hasta el gorro por el ruido”. Coincidiendo con Halloween y con el festivo del lunes, los bares y locales de ocio nocturno de la zona estuvieron llenos durante los tres días de fiesta y provocó esta oleada de desesperación para los residentes.
“Fue algo espontáneo a raíz del tremendo ruido. El primero apareció en la calle Sol y bastante gente va a sumarse”, indica. El presidente de la entidad vecinal, además, afirma que durante el fin de semana no hubo presencia policial en las calles del barrio. “Por el problema que la Policía Local tiene con el Ayuntamiento, muchos agentes decidieron no trabajar estos días, pero nosotros tenemos derecho a exigir el descanso nocturno. En una noche con más movida hay menos policía, y esto es inaceptable”, añade.
La asociación Ensenada del Orzán le remitió este lunes una carta a la alcaldesa, Inés Rey. En ella se adjuntan extractos de los datos que recoge de forma continua el sonógrafo del Ayuntamiento instalado en el cruce de las calles Sol y Socorro.
Así, tanto el día 26 como el 27 de octubre el sonógrafo registró casi 95 decibelios de ruido en la calle, a “doce metros del dormitorio más próximo y a las 00.30 horas de la madrugada”.
Esto, según los propios representantes de la entidad vecinal, “equivale a tener un coche de bomberos aparcado toda la noche delante del dormitorio y con la sirena sonando constantemente o como tener una obra picando la carretera con un martillo neumático toda la noche”.
La misiva no termina ahí: “Vemos que el ruido se mantiene por encima de los 85 decibelios hasta la hora de cierre de los locales de ocio, con un repunte a las 04.30 justo cuando sale la gente a la calle”. La legislación admite un máximo de 55 decibelios.