El departamento de Mercancías del Comité Nacional del Transportes por Carretera (CNTC), entidad que reúne con el Gobierno a todos los agentes del sector del transporte, declaró dos jornadas de cierre patronal antes de Navidad por el “estado de abandono por parte del Gobierno”.
Los cierres tendrán una duración de 24 horas y se producirán el 19 y el 24 de diciembre.
El departamento de Mercancías del CNTC subrayó que se ha “agotado la paciencia del sector”, así como los canales “razonables” de negociación.
Las empresas también acusan a sus clientes de una “absoluta falta de sensibilidad” por la presente coyuntura económica, así como de aprovecharse de su “posición de dominio” otorgada por la actual regulación.
“Solo un cambio radical y urgente por parte del Gobierno y clientes podría evitar este conflicto”, alertó el departamento de Mercancías del CNTC.
El organismo criticó la prohibición de que los conductores realicen carga y descarta de camiones, la no implementación de la Euroviñeta y la aplicación obligatoria de la cláusula de revisión del coste de combustible. También echa en falta la construcción de áreas de descanso “seguras” para los profesionales del transporte de mercancías.
Por otra parte, los problemas en el transporte, el alza del precio de las materias primas y de la energía o la falta de componentes esenciales como microchips componen una “tormenta perfecta” que desbarató los planes de las empresas, disparó los costes de producción y, lejos de amainar, amenaza con seguir perturbando los mercados hasta 2022.
Empresarios y expertos aseguran que se trata de una situación “de extrema complejidad” que “va para largo” y que es consecuencia directa de la pandemia del covid-19, que en 2020 paralizó la actividad mundial, provocando una auténtica convulsión en las cadenas de producción.
Pasado lo peor de la pandemia, la demanda se recuperó, pero muchas empresas se encuentran con serias dificultades para hacer frente a sus compromisos con los clientes, bien porque escasean algunos componentes y materias primas, como la madera, el acero o el cartón, porque los suministros llegan con retraso por los problemas en el transporte o porque estos dispararon su precio.