Los niños de club de patinaje Brincadeira se agolpan al lado de Javier Fernández y el patinador, que prepara su pista sobre hielo para Navidad en A Coruña, les premia con firmas, fotos y consejos, sin tiempo “para pensar en cuando competía” y tampoco para aburrirse, con eventos como el de Galicia y el Revolution On Ice de febrero.
“Es un placer llevar el patinaje y una pista de hielo a todas las partes que podamos. Por lo menos, para mí es especial. Es la primera vez que la traemos a Coruña y queremos hacerlo lo mejor posible. Este deporte, al final, también es muy navideño”, explica el madrileño.
Los niños todavía tendrán que esperar unos días para estrenar la pista que se está instalando en la plaza de A Cubela, pero al menos han conocido de cerca a uno de sus referentes. “Se les ve que ya quieren ponerse los patines. Estamos haciendo los últimos apaños para que la disfruten lo antes posible. Llega la Navidad y tiene que haber patinaje sobre hielo”, sostiene ‘SuperJavi’.
Al ver a los pequeños, recuerda su etapa infantil. “Yo era un trasto de pequeño. Veo muchos niños y niñas y, cuanto más trastos son, más se parecen a mí. Yo no me podía quedar quieto, siempre estaba saltando y tirándome por todos lados”, confiesa.
Alejado de la competición desde 2019, Fernández, de 30 años, heptacampeón del mundo y bronce en los Juegos Olímpicos de 2018, no la añora: “Hay muchas cosas que echo de menos: los entrenamientos, el equipo, los patinadores con los que he compartido muchos días… pero la competición, no. Ahora me estoy dedicando a esto (eventos), me gusta, está muy entretenido y no hay tiempo ni para pensar en cuando competía ni para aburrirme”.
Javier Fernández retomará a mediados de febrero su Revolution On Ice, aunque este año solo se celebrará en Madrid por la pandemia.
“A partir de este año, intentaremos movernos otra vez por diferentes ciudades de España. Este año es como que tenemos que empezar otra vez un poquito desde cero y queremos hacer las cosas bien para, poco a poco, ir agrandando el espectáculo”, concluye el expatinador madrileño.