Es una de las citas más esperadas de la Navidad y así lo demuestra la cifra de asistencia. La décima edición de la Papanoelada motera partió desde la avenida de Juan Carlos I, en O Burgo, tras reunir a más de 1.500 moteros vestidos de Papá Noel que realizaron su tradicional paseo hasta A Coruña, en este caso dejando algunas retenciones por el camino.
El espíritu navideño provocó aplausos en zonas como la avenida de Pedralonga, Linares Rivas, el entorno de la Torre de Hércules o los Cantones, donde la aparición de estos Santa Claus dejó sonrisas a su paso. Ya en la calle de Manuel Murguía, en Riazor, todas las motos se concentraron para celebrar el fin de esta tradición que el año que viene cumplirá once ediciones. En Riazor tuvo lugar una chocolatada benéfica en favor de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
“Con tu asistencia e inestimable colaboración, entregaremos el mejor regalo: años de vida”. Así animaba la organización a participar en el evento, que cuenta con la colaboración de la Diputación de A Coruña y los ayuntamientos de A Coruña, Culleredo y Cambre. En la pasada edición cerca de 2.000 personas recorrieron las calles de la ciudad en sus motos, ataviados con gorros de Papá Noel y disfraces del Grinch, entre otros. Por la mañana, en O Temple, hubo también una chocolatada para los más madrugadores.
El rugido de las motos y la caravana colorada hizo salir a las ventanas a numerosos vecinos de la comarca antes del inicio de la nueva edición, que expresaron su sorpresa por la cantidad de vehículos en circulación, a lo que pudieron contribuir tanto el cielo azul como el ansia de colaborar con una causa solidaria. Y es que para participar solo hace falta una moto, un disfraz y ganas de pasarlo bien a las puertas de Navidad.