Aproximadamente un tercio de los residentes en Novo Mesoiro ha querido dejar por escrito su rechazo y disconformidad con la situación y la perspectiva para los más pequeños del barrio y la oferta de centros de estudios de los que dispone. Dicho de otra manera, más de 3.000 de los aproximadamente 10.000 habitantes del barrio periférico han rellenado los folios de firmas dispuestos por la asociación vecinal, en los que por un lado se solicita la construcción de un instituto y, por otro, la doble adscripción de los centros de Elviña y A Sardiñeira como elecciones posibles para los niños que finalizan Primaria.
La regla de tres es simple y el problema en el horizonte se intuye sin necesidad de ser ningún técnico en demografía: el crecimiento de Novo Mesoiro va a desbordar las infraestructuras educativas más próximas y, con ello, sus aulas. Decenas de padres se han visto condenados en los últimos años a buscar centros demasiado alejados, debido al escaso cupo disponible en Elviña, único instituto adscrito de momento y que año tras año cuelga el cartel de ‘no hay plazas’. Si bien la Xunta de Galicia ha confirmado que propondrá la doble adscripción con A Sardiñeira ésta no se produciría, al menos, hasta el curso 25-26, con los previsibles problemas para muchas familias.
Absolutamente todos los establecimientos de hostelería y comercio de la zona han ofrecido sus locales para acoger una recogida de firmas que, literalmente, se quedó sin papel para cubrir tantos apoyos. La intención del presidente vecinal, Víctor Lamela, es dar registro de la movilización en la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento. De hecho, en una reunión reciente con el Partido Popular de A Coruña ya se puso en conocimiento del grupo municipal el apoyo conseguido.
La asociación vecinal recuerda que el colegio de Novo Mesoiro, operativo desde el curso 2020-2021, parte de un error de base: no reconocer que potencialmente el barrio crecería hasta dejarlo pequeño. Con una media de edad de 33 años, frente a los 47 del conjunto de la ciudad, la zona es también una de las que más natalidad presenta. “Nos da vergüenza tener que reclamar cada año, el colegio se construyó tarde y mal”, subrayaba Lamela a la hora de presentar a sus vecinos la recogida de firmas.
La presentación de firmas vía registro en el Ayuntamiento se ha convertido en otra tendencia importante para las asociaciones vecinales, después de las casi 5.000 en pos de la seguridad, las 800 contra los árboles de A Falperra o las 3.000, en este caso para la Xunta, en Novo Mesoiro.