Empezó con 17 años a hacer bisutería para trabajar su motricidad fina y el éxito de sus piezas entre sus amigas y familiares le hizo dar el salto a la venta online, donde también arrasó. Ahora, con 23 años, Carmela Álvarez, la creadora de Carmelamola y que padece síndrome de Down, está a punto de cumplir un nuevo sueño: esta tarde inaugurará (19.30 horas) su tienda física, un local en el exterior del mercado de San Agustín donde venderá pulseras, collares, pendientes y otros complementos que cuentan con el sello Artesanía de Galicia.
“Carmela siempre fue muy presumida y cuando agotó su itinerario académico su madre y yo la animamos a hacerse autónoma y crear su web. Pero llegó un punto en que ella necesitaba tener un sitio al que ir todas las mañanas y pensamos en San Agustín porque nos gustaba esta zona. El único puesto que había quedado desierto era este y es genial para ella, tiene el tamaño perfecto.
Todo empezó porque Ana se ponía las joyas de Carmela para ir a trabajar y sus compañeras le preguntaban por ellas”, explica Manuel Álvarez, el padre de la joven, quien considera la apertura de este punto de venta un logro porque “es muy difícil reunir en la misma frase autoempleo y discapacidad intelectual”.
La afición de Carmela se ha convertido en un negocio que a día de hoy cuenta con miles de seguidores en las redes sociales y que vende sus piezas por toda España.
La tienda abrirá sus puertas al público el sábado, justo a tiempo para los rezagados que aún no han escrito su carta a los Reyes.
“Carmela es una pionera y esto era una meta. Aunque estaremos ayudándola su madre, Ana, o yo, la idea es que esto funcione y en el futuro pueda contratar a una persona”, dice Álvarez.