Un gallo que eructa imitando la portada del ‘God save the Queen’ de los Sex Pistols, juegos de palabras propios de un capítulo de Narcos y una decoración envuelta en los clásicos del cine "kinki", como le gusta decir al dueño, de los 70. De ‘El pico’ a ‘La estanquera de Vallecas’. Así es el nuevo proyecto The Fucking Pollo en el 32 de la calle de la Franja. Gamberro y divertido en su puesta en escena, pero con un respeto reverencial a las propuestas tradicionales. Dicen que allí “no hay gramo malo y el que quiera entender que lo entienda” y que su nombre buscaba ser “antisistema y antiwoke”. “Nací en los 70 y soy un poco punki. Lo del cine quinqui es de la última vez que este país fue a contraorriente”.
Fran Naya, responsable de Efímero y descendiente de una tradición familiar en la hostelería, rinde homenaje al que considera el gran infravalorado del supermercado. “Me parece la mejor invención del ser humano, junto al humo”, afirma. “Me parece un producto abandonado: además de los asadores de pollos, que lo hacen de maravilla, está en desuso, a pesar de ser un producto versátil y que gusta a todo el mundo", añade.
Detrás de esa capacidad para sorprender y llamar la atención con su decoración se esconde una apuesta por los guisos de toda la vida, unas alitas “estratosféricamente buenas” y con recetas muy diferentes a la salsa barbacoa de toda la vida como acompañamiento. De la miel al licor café tienen presencia en los condimentos para una carta en la que los traseros, las alitas, ensaladas y durum forman los cuatro pilares. “El durum está prostituido y nosotros hacemos el tikka masala y hasta el arroz basmati”, advierte el hostelero.
El postre estrella, una tarta de queso con palomitas de maíz, es otro homenaje al cine de alguien que no quiere dejar indiferente a nadie. “Tengo 50 años y me apetece hacer lo que me salga de las narices”, finaliza Naya, responsable de la segunda apertura en quince días en esa calle. Y eso que aquí, los pollos, volando van.