La Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido este jueves la tercera sesión del juicio por la muerte de Mónica Marcos, la panadera del barrio coruñés de O Birloque, asesinada hace ya tres años. El presunto autor del crimen fue José Ramón Guerreiro Galdo, que mantenía una relación amorosa con la víctima por aquel entonces.
Durante la sesión, funcionarios policiales aseguraron que el presunto asesino mandó un mensaje de Whatsapp a su hermana poco después del crimen: “Mañana saldré en las noticias y llegó mi fin”, apuntó.
El acusado ya había asumido la autoría del crimen en las jornadas previas del juicio, además de pedir perdón por haberlo cometido. Hechos que su letrado explica por sufrir problemas mentales y por el consumo habitual de alcohol y drogas.
Miembros del Cuerpo Nacional de Policía presentes en la investigación del crimen aseguraron que el acusado se cambió de ropa al menos dos veces durante el día del crimen.
Esto se debe a que, tras revisar las cámaras de vigilancia de los bares donde este acudió antes del crimen, portaba una sudadera amarilla, sin embargo, documentos gráficos con posterioridad, ya en la zona de O Burgo y en el aeropuerto coruñés, confirman que llevaba una camiseta blanca, vaqueros y zapatos deportivos.
Los policías también explicaron que probablemente el móvil del asesinato hayan sido los celos, provocados por la ruptura de la relación, según consta en las declaraciones. De hecho, un vecino declaró que había escuchado desde la cocina una discusión entre Mónica y el acusado, en que identificó la voz de Mónica Marcos en la frase: “Vete a la puta calle, no te quiero en mi casa”; y la de José Ramón Guerreiro: “Te vas a arrepentir”.
Además, según el responsable de la unidad contra la violencia de género de A Coruña, es “una muerte violenta de manual en el ámbito de la violencia de género”, hecho que se justifica por los diferentes antecedentes policiales que en este ámbito tenían.