El acusado de matar a su pareja en O Birloque fía su destino a la declaración de un último testigo

El acusado de matar a su pareja en O Birloque fía su destino a la declaración de un último testigo
El acusado del crimen de O Birloque, en la Audiencia Provincial | Patricia G. Fraga

Dos semanas después, el juicio por la muerte de la panadera de O Birloque llega a su fin. Será previsiblemente mañana. Antes, hoy, se producirá la declaración de un último testigo, a la que se aferra el acusado para sostener su teoría de que sufrió una enajenación mental a la hora de cometer el crimen.


José Ramón Guerreiro Galdo, presunto autor, se enfrenta a una pena de 25 años de prisión por el asesinato (con agravantes de alevosía, parentesco y género) de Mónica Marcos, mujer con la que mantenía una relación amorosa en el momento de los hechos, septiembre de 2021.

 

Facultades mermadas


Aunque el encausado asumió la autoría del crimen y pidió perdón, se excusó en que consumía drogas duras desde muy temprana edad. “En el momento del crimen, tenía las facultades seriamente mermadas”, señaló la defensa, que aludió en concreto a “dolencias y enfermedades mentales diagnosticadas”. 

 

Estas circunstancias llevaron al acusado a tener “un arrebato que dura segundos y que no es capaz de controlar”, argumentó el letrado.

 

Policías nacionales refieren “una muerte violenta de manual en el ámbito de la violencia de género”


Según apuntaron los diferentes agentes de la Policía Nacional especializados en materia de género, el asesinato se produjo tras no aceptar la ruptura, “despreciando la voluntad de la mujer de poner fin a la relación y acabando con su vida”. 


Tras la revisión de la escena del crimen por parte de los funcionarios policiales, estos pudieron concluir que se trató de “una muerte violenta de manual en el ámbito de la violencia de género”, debido a que es una persona con antecedentes en este aspecto.

 

Reincidente


Estos antecedentes referidos por los agentes son múltiples denuncias que recibió Guerreiro Galdo en las Islas Canarias, donde residía antes de entablar relación con Mónica Marcos y mudarse a A Coruña. Sin embargo, su defensa puso en duda la veracidad de éstas, ya que nunca se llegaron a juzgar por entender que no había pruebas suficientes para poder constituir un delito.

 

 “No se valora que tenga brotes psicóticos, ni alguna alteración de la memoria”, según los forenses


A lo largo del juicio, y tras la declaración de las diferentes personas participantes en la investigación, se empezaron a observar una serie de incongruencias en el discurso del acusado y en su defensa. Así se concluyó tras la declaración de los forenses encargados de realizar el informe psicológico del presunto autor. 

 

En el estudio, aseguraron que su estado de salud no afectaba “a la inteligencia y a la voluntad”, en contraposición a lo que Guerreiro alegaba en su defensa. Si bien es cierto que se observa un pequeño trastorno hipocondríaco, no se valora que tenga brotes psicóticos ni alteración de la memoria, según explicaron. 

 

Además, uno de los forenses aseguró que “cualquiera de los que estamos aquí podríamos haberlo hecho con las ganas suficientes”, en relación a que no se requirió fuerza excesiva para cometer el crimen, lo que pone en entredicho el “arrebato” del que habló la defensa del encausado.


Durante la mañana de hoy, está prevista la declaración de un testigo clave y la conclusión de la partes personadas en la Audiencia Provincial de A Coruña. Mañana, se espera que concluya el juicio con el objeto del veredicto por parte del jurado popular, que dictará sentencia en uno de los procesos más mediáticos de la ciudad en los últimos años junto al de Samuel, que se desarrolla también estos días en la Audiencia Provincial.

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