El pub Folks de A Coruña sufre la primera orden de cierre en plena negociación con el sector

Los condicionantes de la Zona ZAS convierten el camino del recurso en un callejón sin salida para la propiedad
El pub Folks de A Coruña sufre la primera orden de cierre en plena negociación con el sector
El pub Folks está situado en la calle del Orzán | Carlota Blanco

El pub Folks de la calle Orzán, uno de los más concurridos de la zona durante los últimos años, está a punto de cerrar sus puertas de manera definitiva. Al menos eso es lo que pronostica Beatriz Gil, propietaria del establecimiento. Durante esta semana ha recibido una notificación de la Policía Local en la que se le comunica la obligación de cese de la actividad después de Semana Santa. El motivo es la “ineficiencia del local”, algo que desde el establecimiento, con licencia de pub, atribuyen a una intervención de la Policía el pasado 2 de enero, en la que tras comprobar los equipos de sonido se denuncia que el sonógrafo no corta al llegar a un número de decibelios. “Estaba todo correcto, pero tenían orden de entrar en la barra y manipular los aparatos. Al ver que no cortaban nos condenan a un cierre indefinido”, lamenta Gil. “Nos obligan a bajar la verja, a pesar de que no nos habían impuesto ninguna sanción”, añade.

 

 

Se trata de la primera orden de cierre de un pub o establecimiento de hostelería del centro desde que se activó la mesa de negociación entre el sector, el Ayuntamiento o los vecinos. Sobre la mesa está la revisión de las zonas ZAS (Zonas Acústicamente Saturadas), ya que las dos asociaciones presentes consideran que resulta en la práctica una sentencia a medio plazo para cierto tipo de establecimientos: una vez se recibe una sanción se pierde la licencia. Y no se puede volver a recuperar. Y es precisamente en ese laberinto en el que ahora mismo se ve atrapada la que durante los últimos seis años ha sido la propiedad del Folks: luchar y empezar la sangría de pérdidas o hacer de esta situación un punto y aparte. Estiman que ir a juicio implicaría aproximadamente entre dos y tres años de contencioso, con la acumulación de costes tanto de representación como de mantenimiento del alquiler. Como mínimo, según fuentes consultadas por este diario, 1.500 euros mensuales sin posibilidad de facturar. 

 

Los motivos del Ayuntamiento

Según fuentes municipales, la sanción al Folks todavía no es firme y cabe recurso por parte de la propiedad. “El pub todavía no se ha cerrado, ya que está en trámite de audiencia. Pueden alegar lo que quieran”, indican. Sobre los motivos que han llevado a Urbanismo a resolver el expediente con una orden de cierre indican: “El motivo es la falsedad en informes al tener un sonógrafo que no funciona y superar con mucho el límite de decibelios. Los técnicos comprobaron que el sonógrafo del local  no funciona y que la música excedía los límites permitidos”. 

 

Descartado

La dueña del Folks tampoco se ve con fuerzas para iniciar otro proyecto. Ya fue capaz de superar una pandemia que llegó apenas cinco meses después de abrir la puerta del nuevo Folks, el antiguo Retro. Curiosamente, se encuentra en una situación muy parecida al otro local de éxito de la calle, situado a apenas unos metros, La Barbería. Sobre este pesa también una orden de cierre y la incertidumbre sobre su futuro. “Lucharemos hasta que podamos, pero creo que hasta aquí he llegado. Abrir otro local, tal y como están las cosas, no merece la pena”, dice Gil.

 

 

De confirmarse la pérdida de licencia por parte de Folks solamente quedarían seis locales con licencia de pub entre la plaza de Pontevedra y Panaderas, según afirman fuentes de la representación de buena parte de los establecimientos del ocio nocturno. 

 

 

 

 

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