La alcaldesa de A Coruña hizo este miércoles un llamamiento a la calma tras la protesta vecinal ante un 'narcobajo' de O Ventorrillo. La concentración se produjo a última hora del lunes y concluyó con el desalojo de tres ocupantes de este local, señalado por los residentes de la zona como un punto de "trapicheos" y de inseguridad. El bajo, situado en el número catorce de la calle de Monasterio de Bergondo ya está tapiado y tanto vecinos como comerciantes consideran este hecho como un logro. 

Sin embargo, Inés Rey, tal y como hizo 24 horas después de lo ocurrido en Monte Alto el mes pasado, señaló que "este no es el camino". "Entiendo la preocupación vecinal. Estamos en contacto permanente con la asociación de vecinos de O Ventorrillo, que no convocó la protesta", dijo, mientras recordó que "los vecinos del edificio afectado tuvieron reuniones con representantes de Seguridad Ciudadana y también con la Policía Nacional". 

La regidora insistió, una vez más, en que los efectivos policiales están trabajando, pese a ser "actuaciones complejas que requieren tiempo de vigilancia, de discreción", añadió. El presidente de la entidad vecinal, José Ángel Souto, explica que el pasado viernes se reunieron con responsables del área de Seguridad Ciudadana y de la Jefatura Superior de Policía para trasladar el malestar del barrio ante lo que ocurría en este bajo. “Se ha creado una sensación de inseguridad y también hay mucha molestia por el ruido nocturno que provocaba la gente que entraba en el inmueble”, indica.

En el encuentro, señala, se acordó aumentar la presencia policial en la zona y gestionar con la propiedad del bajo una solución. Lo que ocurrió este lunes, por lo tanto, cogió por sorpresa a la asociación. “Se iba a actuar y, de repente, nos encontramos con otros vecinos que decidieron convocar una manifestación”, dice Souto. La concentración del lunes se convocó a través de las redes sociales y más de dos centenares de personas acudieron al lugar, señalado como el foco de los problemas del barrio. Según los residentes, en el interior de este local "se pinchan, trapichean y roban".