La lucha contra la doble fila siempre ha sido uno de los principales objetivos de la Concejalía de Movilidad, tanto de este Gobierno como de cualquiera de los anteriores. Sin embargo, durante este mandato ha sido cuando el problema ha empezado a encontrar una solución: el uso intensivo de las cámaras para sancionar a los infractores junto a la política de reurbanización, estrechando las calzadas, han sido las claves para conseguir una mejora, aunque solo en lo que respecta al centro de la ciudad.
Las cifras de sanciones siguen siendo altas, pero fuentes municipales consideran que la fluidez del tráfico ha mejorado considerablemente y el primer paso para conseguir que esto haya sido posible fue la activación a finales de 2019 de las cámaras de la Vía Prioritaria Vigilada (VPV). Este proyecto era una herencia de la época del mandato de Carlos Negreira, cuando se habían conseguido fondos europeos para el proyecto ‘Smart City’. Pero nunca se había puesto en marcha.
En el último trimestre de 2019, el Ayuntamiento declaró la guerra a la doble fila y activó las cámaras instaladas en 17 puntos clave de calles como Médico Rodríguez, Juan Flórez y hasta la ronda de Outeiro. Tras un período de ajustes, comenzaron a sancionar a cualquier coche que estacionaba más allá de tres de minutos de forma irregular, ya fuera en doble fila o en las paradas de bus. Las multas se dispararon.
La situación dio un vuelco con el estallido de la pandemia, que el Gobierno local decidió aprovechar para poner en marcha una ambiciosa política de peatonalización. Aunque el cierre de calles al tráfico, o su reurbanización para hacerla más atractiva para el peatón, es una directriz que han seguido todos los gobiernos locales, fue la pandemia lo que permitió acelerarlos. No solo en lugares como Los Cantones (que se ha modificado provisionalmente) sino en otras calles del centro de la ciudad. La primera fue la de Pintor Joaquín Vaamonde. Se inauguró el 23 de septiembre, y supuso la eliminación de las plazas de aparcamiento.
Movilidad procedió con más precaución en el entorno de la plaza de Lugo, cortando el tráfico en la calle de Compostela en la Navidad de 2019 y comprobando sus efectos en el tráfico antes de aprobar el proyecto de peatonalización que no comenzó a materializarse hasta principios del año pasado y no se concluyó hasta octubre. También se reurbanizó la calle que transcurre a lo largo de la plaza de Lugo, reduciéndola a un carril de circulación para evitar los embotellamientos.
En los barrios
Fuera del centro, la situación está lejos de estar controlada, aunque la estrategia de sustituir los aparcamientos en línea por aparcamientos en batería (que también se está llevando a cabo en el centro) está permitiendo eliminar algunos tapones al estrechar la calle, como es el caso de Alcalde Lens, en Elviña. Otros puntos como la calle de Capitán Juan Varela, siguen siendo problemáticos
En realidad, el aparcamiento en batería va de la mano con las peatonalizaciones. Permite aumentar el número de plazas en un punto para paliar la pérdida en el otro y en ambos casos, impiden la doble fila.