El pleno extraordinario y urgente de ayer logró la aprobación inicial de los presupuestos. Fue un hito por dos razones: la primera, porque ningún Gobierno local coruñés en minoría había conseguido llevar a cabo este trámite, aunque falte la aprobación final. La segunda, porque es una cifra récord de 375 millones. El PP duda de que se pueda ejecutar, por eso votó en contra. El portavoz socialista y concejal de Economía, José Manuel Lage, le quitó hierro: “É un reto, pero o que non se executa nun ano se executa no seguinte. É un orzamento que vai a dar para moito”.
Desde luego, en el hemiciclo las cuentas dieron que hablar. El Ayuntamiento coruñés se ha embarcado en los últimos ejercicios en una carrera hacia lo que tanto el BNG como el PSOE denominan “orzamentos expansivos” que ya inició en su día la Marea con aumentos de cinco o seis millones. La escalada habría sido mayor si no hubiera sido por las dificultades para aprobar los presupuestos todos los años, lo que obligó a prorrogarlos en algunos ejercicios. A pesar de eso, nunca se había registrado una subida tan alta como la de ahora.
Hay que tener en cuenta que el presupuesto ha crecido un 18% en un solo año, pasando de 310 a 375 millones de euros. Es el mayor incremento que ha registrado, y que la sitúa por encima de Vigo, que solo presupuesta para 2024 316 millones de euros, a pesar de que tiene 50.000 habitantes más y el triple de suelo. Gran parte de este incremento se debe a un crédito de 48 millones de euros, que aumentará la deuda.
Por otro lado, como destacó el PP, en su informe, el interventor municipal muestra su preocupación por el escaso remanente para los gastos generales y el ahorro neto, que califica de “síntoma de incipiente iliquidez”. Es decir, que al Ayuntamiento podría llegar a faltarle dinero en la caja, por la diferencia entre los ingresos teóricos y lo que realmente ha ingresado (en concepto de multas, por ejemplo). El interventor considera que son de dudoso cobro más de 66 millones de euros.
Lage asegura que el Gobierno local valora el informe, pero que la labor del interventor es ser prudente y alertar de posibles peligros. O aforro neto será mellor que no exercicio anterior, de 3,5 millóns de euros. Para falar de débeda hai que facelo con rigor”, le recriminó a Lorenzo. Este replicó con argumento que ya había empleado anteriormente: “Sus presupuestos son un engaño y un fraude a los coruñeses. Sus ingresos no son reales”.
El PP reprochó, como hace a menudo, las cifras de ejecución presupuestaria de las inversiones. “No son capaces de ejecutar pero empeñan, y a cada coruñés le va a suponer 365 euros de deuda bancaria”, señaló, a lo que Lage respondió desafiándolo a encontrar un año en que se hayan invertido más de 40 millones de euros, cifra correspondiente al ejercicio actual.
En medio de este cruce de acusaciones, el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, ejerció de tercero en discordia. Por supuesto, defendió los presupuestos, dado que son fruto de un acuerdo con el PSOE, que el propio Lage calificó de “duro”. El Bloque se presentó como garante del cumplimiento presupuestario. “Teña a seguridade de que os orzamentos se farán. Non diga que non son ambiciosos”, declaró, al tiempo que recordaba aspectos de su acuerdo con el PSOE, como la fachada marítima o la negociación con el Gobierno central para recuperar la antigua cárcel provincial.
A ese respecto, Lage aprovechó para anunciar que se había retomado las negociaciones por la cárcel. Se hallaban paralizadas después de que el pleno se negase en 2022 a pagar 3,2 millones de euros al organismo estatal Siepse por el inmueble, que permanece tapiado.