Ariel Rot (Buenos Aires, 1960) no necesita presentación. A este argentino afincado en España desde adolescente le corre a tanta velocidad el rock por las venas que lo hizo despegar con grupos como Tequila y Los Rodríguez para labrarse, después una carrera en solitario.
Hoy su optimismo contagioso desafía la mala suerte y confía en poner patas arriba la plaza de María Pita.
Aquí no hace calor… ¿Se trae chaquetilla? Y lo más importante, ¿espera eso de que María Pita cante su canción?
¿En serio tanto frío hace en Coruña? ¡Me voy a llevar una chaquetilla y muy mona! (risas). La ropa del verano es muy poco elegante, cuando uno se puede vestir un poco más siempre se siente mejor saliendo al escenario. Esto promete... y bueno, no es que espere que María Pita cante mi canción, lo presiento y hasta estoy convencido de que la gente va a disfrutar.
El repertorio veraniego infalible con muchos temas potentes, más rockero, hay temas de Tequila y de Los Rodríguez. María Pita se merece eso, en este tipo de conciertos intento mostrar mi lado más íntimo y tocar esas canciones para que podamos compartir todos.
Usted y A Coruña son viejos conocidos. ¿Cómo lleva este nuevo reencuentro?
Estoy superilusionado porque he tocado en María Pita pero es la primera que lo voy a hacer con mi proyecto.
Me hizo mucha ilusión que me llamaran. Es un sitio extraordinario para tocar y sé que el ambiente es buenísimo, así que espero que sea una fiesta, que lo disfrutemos, que haya conexión y que terminemos desnudos bailando rock and roll (risas).
Si tuviera que definir A Coruña con una canción, ¿cuál sería?
¡Oh! Ummm, buena pregunta… El bolero de Manzanero ‘Esta tarde vi llover’. Pero es muy difícil eh… porque te puedo decir que tengo un vínculo profundo con Coruña, recuerdo haber tocado y terminado en el Playa Club saliendo de día y haber hecho un programa con Xoel López (‘un país para escucharlo’) paseando por las calles de la ciudad y para mí es un lugar con un punto de locura que me gusta, melancólica y rockera al mismo tiempo.
Me encanta esa melancolía y Galicia en su historia tiene al grupo más gamberro e irreverente de España y al más melancólico, que son Siniestro Total y Golpes Bajos. Son como los dos extremos que también podrían definir A Coruña.
Se va a terminar usted quedando...
Para mí ir a Galicia siempre es un planazo, después de Coruña al día siguiente tengo algo en un sitio pequeñito pero emblemático en la playa, no digo más...
Toda una vida de rock and roll, colaboraciones y éxitos. ¿Hay algo que le quede por cumplir?
Me doy por satisfecho con poder seguir tocando. Un sueño sería tocar con Ray Charles, por ejemplo, pero me temo que va a ser imposible.
Creo que ni siquiera cuando vino el gran éxito de Tequila era algo que yo anhelara. Mi gran deseo era poder tener una banda, un local de ensayo, un amplificador y una guitarra. Para mí eso era inalcanzable cuando llegué de Argentina con 16-17 años y se cumplió.
A los cuatro meses estaba encerrado en un localcito con los que luego fuimos Tequila y ahora mis sueños son sencillos. Dicen que los placeres sencillos son el refugio de los hombrees complicados ¡ojo!
Lleva usted toda la vida en España, ¿es más de Gardel o de la movida madrileña?
De Gardel. Con todos mis respetos a la movida creo que no ha habido un artista como Gardel. Hoy lo miramos como algo clásico y antiguo pero fue un revolucionario. Mucho más que la movida.
Miren su biografía y las cosas que inventó que hasta ese momento no se habían hecho. Lo primero, hacer el tango canción. El tango era una música para bailar y él fue el primero que hizo canción con él, eso y mil cosas más: videoclips, películas, musicales...
Era un tipo totalmente innovador para su momento. Yo, obviamente, de chico era un joven rockero y el tango era lo que escuchaban mis padres, el portero del edificio,… pero siempre estaba ahí y se ve que en algún momento eso también lo llevaba dentro aunque no me haya dado cuenta.