Por mucho que las autoridades se esfuercen en que la gente circule de forma sostenible (ya sea a pie, en bicicleta, en patinete o en transporte público), los coruñeses parecen aferrados al volante de sus vehículos. Es lo que se desprende de los datos de la mesa de la Movilidad, donde la Intensidad Media Diaria (IMD) de las principales vías de la ciudad ha crecido en el último año, aunque de forma moderada y, por supuesto, esto significa que la velocidad media ha bajado levemente. 

Este incremento se da en las cuatro principales vías examinadas (la avenida de Alfonso Molina, la del Puerto, la calle Juan Flórez y la ronda de Outeiro), aunque en distinto grado. La calle donde más ha aumentado el tráfico ha sido  la de Juan Flórez, donde creció más de un 14%, comparando el primer trimestre de este año con el del año pasado. Son 14.415 vehículos los que circulan de media al día por esta emblemática calle.  

También ha crecido en Alfonso Molina, pero solo algo más de un 1%, manteniéndose en la ya conocida cifra de 50.000 vehículos diarios, y la ronda de Outeiro experimenta un ascenso similar, de 20.000 vehículos (20.260), así como la avenida del Puerto (24.603). Ninguno supera el 2%, de manera que se puede hablar de estancamiento, en niveles similares a antes del covid. 

Otro punto importante, en el que le gusta hacer hincapié al Gobierno local, es la velocidad. Es normal que, al crecer la densidad de tráfico, esta se reduzca. 

Zona 30

A Coruña es Zona 30 desde mayo de 2020, y ya comenzó a implantar esta medida antes de que fuera de obligado cumplimiento. Incluso en las vías de doble sentido, donde la velocidad por defecto es de 50 kilómetros por hora, se implantaron carriles 30. El resultado es que en estas cuatro vías principales, por las que la velocidad máxima es de 50 hora por tratarse de arterias principales de doble sentido, la velocidad media es menor, y no llega a treinta kilómetros por hora. 

Esto ocurre incluso en el caso de Alfonso Molina (aunque hay que tener en cuenta que la medición se hace en su tramo urbano, que es el que depende del Ayuntamiento). La velocidad media allí, en el primer trimestre de este año fue de 34,4 kilómetros por hora, superando la de 2022, que ya era baja. La segunda más alta es la avenida del Puerto, que pese a que experimenta momentos de mucha densidad en las horas punta (cuando absorbe casi más tráfico que el Paseo Marítimo), su velocidad media es de 27,7 kilómetros hora, dos menos que el primer trimestre de 2022. 

Siniestralidad

En gran parte el descenso de la velocidad se ha debido a la instalación de radares. “Tienen un fuerte efecto psicológico. Se puede ver como los conductores reducen la velocidad acercarse al radar de Alfonso Molina”, señala un agente. En el futuro se activarán más radares. 

Esto tiene sus consecuencias en la siniestralidad: a menor velocidad, menos colisiones, por lo menos graves, aunque haya más vehículos circulando. El año pasado se registraron 795 accidentes, en los que se vieron implicados 1.526 coches. Es una cifra menor que otros años. De hecho, la más baja desde 2020 que, al tratarse del año de la pandemia, no se considera una comparativa válida.