La caída el pasado fin de semana de un arbol en el Barrio de las Flores, cuando en la zona estaban además en plena celebración de las fiestas, ha hecho que le preocupación aumente entre los vecinos del entorno. Esos temores se agravaron ayer, cuando la rama de un árbol cayó sobre un vehículo en la plaza de la Tolerancia. Por fortuna, no se produjeron víctimas en el incidente referido, pero existe temor de que eso no siempre vaya a ser así. “Pudo haber sido una desgracia, y lo peor es que se pueden producir situaciones similares”, afirma Esteban Velasco, presidente de la asociación de vecinos de Matogrande, que advierte: “En nuestra zona hay muchos árboles sin podar que suponen un verdadero peligro para la integridad física de las personas”.

Velasco asegura que llevan meses pidiendo una solución, ya que en diferentes zonas del barrio, como la plaza Enrique Mariñas, los árboles están ya tapando las ventanas de algunos edificios sin que sean podados. “El siguiente arbol en caer podría ser en nuestro barrio, y están muy cerca de los edificios”, asegura.

Por otra parte, la caía de piedras y tierra de un talud en la calle de Jaime Hervada obligó ayer a los bomberos a vallar la zona. El talud, de unos cinco metros de altura situado en la calle de Jaime Hervada, en la zona más próxima al pabellón deportivo del barrio de O Ventorrillo, obligó a la intervención de los bomberos, después de que un desprendimiento de tierra y piedras afectase a los coches aparcados en la zona. No se registraron daños significativos, aunque la Policía Local solicitó el vallado del lugar.

No se trata del primer incidente que se registra en la zona y la preocupación vecinal llegó incluso a María Pita en el 2018, cuando el BNG registró una pregunta al Gobierno municipal, entonces con Xulio Ferreiro y La Marea al frente. Los nacionalistas propusieron una actuación para evitar más desprendimientos, daños materiales y riesgos para los viandantes, a pesar de que la zona carece de aceras.

También la asociación vecinal de O Ventorillo  llevó el asunto a sus reuniones con el Ayuntamiento, ya durante el mandato de Inés Rey. Sin embargo, la alternativa de un carril bici que eliminase unas 40 plazas de aparcamiento fue finalmente descartada.