El Gobierno local anunció a través del teniente de alcalde, José Manuel Lage, que ha conseguido la subvención del Gobierno central que permitirá reducir la tarifa del bus un 30%, aunque solo para los viajeros que emplean la tarjeta Millennium, para fomentar el transporte público. En esta medida está excluido el billete de ida y vuelta, según los términos establecidos en el Real Decreto ley 11-2022. Esta reducción entrará en vigor el día uno del próximo mes y es de carácter temporal, hasta el 31 de julio de 2023.
Para los usuarios de la tarjeta Millennium, la tarifa general pasaría de 0,75 a 0,52, la social de 0,23 a 0,16 y la universitaria, de 0,30 a 0,21. “É unha rebaixa considerable”, había apuntado la alcaldesa, Inés Rey, que espera que fomente el uso del transporte público, aún no recuperado de la pandemia. Sin embargo, el director de la Compañía de Tranvías, Ignacio Prada no está tan seguro de si esta subvención atraerá a más viajeros a las paradas de bus y señaló: “Es difícil de valorar todavía. En el transporte público, la demanda es inelástica al precio porque este es, ya de por sí, barato, y el viajero que utiliza el transporte privado normalmente no es por el precio por lo que suele cambiar al público”.
Lage animó a la Xunta a aportar también los fondos necesarios para que sea posible reducir otro 20% el precio, como han hecho otros gobiernos autonómicos. “Por agora non hai resposta, pero agardamos que sexan receptivos a esta demanda”, apuntó el portavoz del Gobierno local.
Esta será probablemente la medida más importante que se tomará en este mandato para favorecer el transporte público, dado que no hay intención de reformar el mapa de líneas, dado que la concesión finaliza en 2024.
“O Concello terá que abordar unha nova licitación e nese contexto, no próximo ano e medio, habrá que definir o novo modelo de transporte urbano que queremos ter”, señaló. Además, las elecciones se están
acercando.
Lage señaló que la última vez que se entregó la concesión (1986), A Coruña era una ciudad diferente. Cada vez se han hecho más humanizaciones y peatonalizaciones, que han ido transformando la geografía urbana. “Se foron tomando decisiones, pero agora merece a pena con tempo dabondo que melloras se podan facer”, añadió al tiempo que recordaba que lo que está en juego es cómo será el transporte público durante los próximos 30 años.
En su día, el concejal de Movilidad, Francisco Díaz, no descartó puntuales cambios de ruta que nos pueden plantear usuarios o la propia Compañía de Tranvías, accesibilidad de paradas de bus y otras “pequeñas mejoras que pueden tener un gran impacto”.
Sobre si es realmente tan malo como se ha dicho el mapa de buses (cuyo contrato de concesión se empieza a redactar este año), Díaz señaló que el servicio es bueno, aunque mejorable. En todo caso, no es descartable que, como ha ocurrido en otras concesiones, el servicio se acabe presentando de forma irregular.