La sintonía entre vecinos y Ayuntamiento que parecía provocar el proyecto para la calle de Pla y Cancela se ha cortado de raíz, o al menos eso es lo que desearían buena parte de los residentes, molestos con ciertos contratiempos que la vegetación de la calle provoca en su día a día. A esas quejas expresadas en este diario dedicó un extenso tuit el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego, en el que justifica no solamente las últimas actuaciones de la zona, sino que ilustra las mismas a través de varias instantáneas. 

Rezaba el titular de la información de El Ideal que “cambiar los árboles es una prioridad para los vecinos de Pla y Cancela en su reurbanización”, a lo que Díaz Gallego respondió: “El proyecto contempla la conservación del arbolado existente y la plantación entre cada uno de los árboles de nuevos ejemplares de otra especie, Acer Freemani. El arbolado de las calles no es algo estético, es una necesidad”. Además, en lo que se convirtió en una extensa explicación por parte del edil, se indicaba que “las últimas intervenciones en A Falperra han introducido todas arbolado y ampliado la superficie permeable”. 

La visión del Gobierno municipal generó comentarios de todo tipo, desde desaprobación a sugerencias. Por ejemplo, un vecino se refirió al estado de uno de los parterres de madera y la utilización por parte de los coches de ese espacio para estacionar. Otros, directamente, reivindicaban la plantación de especies autóctonas:  “Loureiro, bieiteiro, carballo ou salgueiro”. Otro usuario de la red social de la X, directamente, pidió no centrarse en la vegetación y sí en la calzada. “Los vecinos de esa calle prefieren un asfalto en condiciones y no árboles nuevos”, subrayó.