El Ayuntamiento medirá la reducción de ruido tras la implantación de la Zona 30

El Ayuntamiento medirá la reducción de ruido tras la implantación de la Zona 30
El tráfico que soportan calles como San Andrés supera los 55 decibelios aconsejados por la OMS | Javier Alborés

El anuncio por parte del Ayuntamiento de que levantará una pantalla vegetal para proteger a los vecinos de Matogrande del dañino ruido del tráfico de Alfonso Molina trae a colación cuánto ruido tienen que soportar los coruñeses a diario. En realidad, la Concejalía de Medio Ambiente está elaborando un nuevo mapa de ruidos y espera que se muestre una reducción de hasta cinco decibelios en algunas calles gracias a la implantación de la Zona 30. 


Naturalmente, es el tráfico el principal generador de contaminación acústica y son los vecinos que residen en las vías más transitadas de la ciudad las que tienen que soportar ese ruido que les obliga a mantener las ventanas cerradas la mayor parte del año. El último mapa de ruido data de 2016, y en él se puede comprobar cómo Alfonso Molina encabeza este ránking con hasta 75 decibelios, cuando lo recomendable por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es solo de 55. Y eso, en horario nocturno. 
 

Esta medida se refiere al tramo de Alfonso Molina entre la ronda de Outeiro y la avenida de Linares Rivas. Para el resto de la AC-11, el ruido en horario nocturno sería de entre 60 y 65 decibelios. Niveles igualmente altos se encuentran en todas las calles importantes: ronda de Outeiro, Ramón y Cajal, avenida de Oza, de Finisterre, de Monelos, de Arteixo, de Linares Rivas o de Barrié de la Maza y, en general, las calles del centro, situadas al norte del parque de Santa Margarita, entre la avenida de Finisterre, San Andrés y La Rosaleda.
 

Población afectada 

Es por este motivo que el ILGR (Indicador Local para la Gestión del Ruido) calcula que un 37% de la población coruñesa se ve afectada durante la noche por niveles superiores a los 55 decibelios recomendados, “pero la población afectada en los periodos día y tarde por niveles superiores a 65 decibelios es del 23% y 19%, respectivamente”. 
 

La Concejalía de Medio Ambiente espera que esto cambie con la introducción de la Zona 30, reduciendo en 20 kilómetros por hora el límite de velocidad en calles de un solo sentido. La nueva normativa de la DGT entró en vigor el 11 de mayo, aunque la Concejalía de Movilidad se había adelantado y para entonces lo había implantado ya desde hacía casi un año. El objetivo era por supuesto, el calmado de tráfico, reduciendo la siniestralidad y la contaminación ambiental. 
 

Menos velocidad  

Según los datos de Movilidad publicados hace un año, se había conseguido reducir en torno a un 14%, hasta superar por poco los 20 kilómetros por hora. Esta reducción se conseguía incluso en vías de doble sentido, cuyo por límite por defecto es de 50 kilómetros por hora, porque muchos incorporan carriles 30.  
 

Esto ocurre tanto en las vías con velocidad limitada a 50 kilómetros por hora como las de 30 kilómetros por hora. Por ejemplo: en su tramo urbano, en Alfonso Molina, la velocidad se redujo un 6,72%, hasta rondar los 36 kilómetros por hora. Otra arteria vital de la ciudad, la avenida del Puerto  cayó un 14,3%, hasta los 27 kilómetros por hora. 


Queda por ver cuánto se reflejará esta reducción en los niveles de ruido, que pueden haber bajado entre tres y cinco decibelios. Eso, en el mejor de los casos.  

El Ayuntamiento medirá la reducción de ruido tras la implantación de la Zona 30

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