Begoña Sampedro | “Cuando llegué al Tedax, al principio me llamaban la ‘mujer explosiva’, por la novedad”

Begoña Sampedro |  “Cuando llegué al Tedax, al principio me llamaban la ‘mujer explosiva’,  por la novedad”
Begoña Sampedro Meire, en la Comandancia de Lonzas | Patricia G. Fraga

Begoña Sampedro Meire es una profesional de las entrevistas. “Llevo 21 años dándolas”, explica. El hecho de ser la primera mujer que ingresó en el Tedax de la Guardia Civil es la causa de este interés y tiene que ver con el hecho de que asistiera a la exposición de medios de los Tedax que se inauguró esta semana en Santiago por el 50 aniversario de la unidad. Sin embargo, asegura que nunca se ha sentido extraña por ser la única mujer en un mundo principalmente masculino, como es el de los desactivadores de explosivos.  

 

¿Por qué lo escogió? 
Mi padre era guardia civil, y hubo una época en la que ETA asesinaba todos los días. A mí me impactaba, y esta fue mi forma de poner mi granito de arena.

 

¿Cómo se sintió al principio al ser la pionera en el Tedax? 
A mí me trataron siempre igual, como una más. Tanto en la formación como en el destino. Tengo unos compañeros espectaculares.  

 

¿Nunca le gastaron bromas? 
Bueno, al principio me llamaban “la mujer explosiva”, al llegar aquí, por la novedad. 
 

Sin importar que sea hombre o mujer ¿No es raro escoger esta especialidad? 
Raro no es, pero sigue siendo poco frecuente. Ahora tengo dos compañeras más, que acaban de salir del curso y esperan destino. Pero es que esta es una especialidad que no es de las que llaman más la atención.

Claro ¿Quién quiere manejar cosas que pueden estallarle en las manos? ¿No es raro? 
¿Raro, por qué? Tienes que calibrar un poco la situación, pero hay muchas situaciones en la vida en la que te puedes poner nervioso. 
 

Pero hay peligro de muerte. 
Para eso tienes una preparación, un curso de nueve meses, práctica, electrónica, artefactos, y una evaluación psicológica de nueve meses.

 

Lleva 20 años en el Tedax, ¿cómo ha evolucionado? 
Va avanzando, hay material nuevo, y con incidencias, con el día a día. En la exposición celebramos nuestro 50 aniversario y allí se puede ver nuestra progresión. 
 

Pero nunca consistió en cortar el cable rojo, ¿no? 
Eso es mucho de películas americanas. Queda bonito, pero tiene que tratarse de una situación muy excepcional. Se ataca otra cosa, antes que el cable.

 

Lo que sí es habitual es la detonación controlada. 
Claro, yo intento neutralizar el artefacto. Pero a veces nos interesa recuperarlo para saber cómo está hecho. 
 

¿Ha tenido que desactivar alguna bomba de verdad? 
Yo no, pero algunos compañeros míos ya lo hicieron en algún zulo por Sigüeiro.

 

¿Qué hace en el día a día? 
Además de retirar granadas y otras armas de la Guardia Civil que la gente se encuentra, hacemos reconocimientos preventivos, retiramos material explosivo en mal estado... El jueves retiramos un explosivo en el polígono de Morás.

 

¿Cómo fue aquello? 
Ahora están haciendo algunas naves, y un palista avisó de que le parecía ver explosivo. En efecto, era un explosivo comercial, que estaba en mal estado. Tuvimos que retirarlo y destruirlo.

 

¿Se lo llevaron de allí? 
Tienes que retirarlo, porque allí hay trabajadores, y buscas un lugar seguro (en este caso una cantera).

 

¿Qué le pasaba? 
Estaba caducado. Hacía como dos años que habían hecho la voladura y cuanto más tiempo pasa, más inestable es. Ocurre lo mismo con las granadas de la Guerra Civil. La gente las encuentra y hay que intervenir y no sabes en qué estado están.

 

O sea que, al final, tiene que jugársela, aunque tome precauciones. 
Sí, claro.

 

¿Y qué hace cuando no trabaja? 
Cosas normales. Ya descargo la adrenalina en el trabajo. Paseo, voy al cine. No sé si me atrevería a hacer puenting, por ejemplo.

Begoña Sampedro | “Cuando llegué al Tedax, al principio me llamaban la ‘mujer explosiva’, por la novedad”

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