El viernes pasado, un grupo de menores atacaron a una pareja de policías nacionales que habían acudido a la calle de Pérez Cepeda en respuesta a una llamada de la madre de una menor intoxicada. Cuando llegaron, trataron de inmovilizar a la joven, que medía 1,80 de alto y era fornida, y que se debatía con todas sus fuerzas. Varios menores aprovecharon entonces para atacar a los agentes, uno con una barra de 1,2 metros. Según fuentes del sindicato SUP, todos parecían haber consumido alguna droga que les había vuelto especialmente agresivos. Todo apunta a que se trata de benzodiacepinas mezcladas con alcohol. Los expertos alertan de que se trata de una costumbre entre los adolescentes coruñeses.
Desde la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga (Aclad), la coordinadora Maite Lage confirma la existencia de este fenómeno: “Está pasando. Están bebiendo alcohol con ‘benzos’. Están tomando Rivotril o Diazepam o cualquiera de la familia de las benzodiacepinas”. No son más que los tranquilizantes, recetados por un médico para casos de ansiedad o de insomnio pero que a veces las consiguen por otros medios o simplemente las intercambian. “Lo que hacen es mezclarlas con alcohol, y les provocan una reacción agresiva, de ahí las peleas que están ocurriendo”; explica la experta.
Como la propia Lage confirma, esta “desinhibición” es muy peligrosa y considera que está relacionada directamente con incidentes como el del viernes pasado. En esa intervención, una madre denunció que su hija estaba fuera de control precisamente por las drogas.
También desde el Comité Antisida de A Coruña (Casco), Sonia Valbuena, su directora, comenta que los ‘benzos’ son de consumo corriente entre los más jóvenes. Casco se encarga sobre todo de asistir a jóvenes en riesgo de exclusión social, pero no se trata de un fenómeno que afecte solo a este grupo. Según la Policía Nacional, conocen a la mayoría, y la mayoría residen en el centro de la ciudad. Por el momento, se ha detenido a la joven intoxicada, que golpeó a los agentes cuando trataron de retenerla, y se está investigando a otros dos. El SUP denuncia la pretendida impunidad con la que actúan estos menores.
“Es una impunidad que no es tal, pero siempre que hay una intervención, recuerdan que son menores”, señalan fuentes de este sindicato, que recuerdan el problema que supone la falta de efectivos que sufre la Policía Nacional en A Coruña: “Hay que tener en cuenta que es una jefatura superior, con múltiples servicios, pero tenemos fácilmente la mitad de las patrullas que hace cuatro o cinco años”. Aunque se realizan ofertas de empleo público a menudo, la mayor parte de los efectivos se dirige a las grandes ciudades, donde son más necesarias. “Este año tenemos solo 23 o 26 agentes nuevos. Es insuficiente, sobre todo porque la gente cada vez tiene más edad y se van jubilando”, lamentan desde el SUP. Muchos de estos jóvenes consumen drogas, o se enfrentan entre ellos por deudas precisamente debido a drogas, señalan los policías.