Era un rincón de los más fotografiados de la ciudad, gracias a la huelga de basuras. Las botellas acumuladas en el callejón de la calle Oliva, en pleno centro de A Coruña, ofrecían un paisaje que llamaba la atención a todos los que pasaban por allí. Y por la zona pasan a diario muchos turistas, que paraban a hacerse la foto, y también muchos coruñeses debido a que está en medio de una zona llena de locales de hostelería.
Sin embargo, el pasaje apocalíptico ha pasado a mejor vida. Este jueves ya no quedaban las botellas y el callejón se encontraba totalmente limpio, para tranquilidad de los vecinos de la zona y los propios hosteleros, que aseguraban que los restos de las botellas propiciaban la aparición de mosquitos.
La razón de que el lugar estuviera lleno de botellas es que es el lugar en donde los hosteleros de la zona depositan el vidrio para que el camión de recogida, que tiene un servicio especial para bares y restaurantes, pasase a buscarlos. Sin embargo, desde la noche de San Juan, el pasado 24 de junio, nadie se llevaba las botellas, que se iban acumulando día tras día, para sorpresa de quienes por allí pasaban.
"Toda la ciudad se ha hecho fotos aquí", comentaban los hosteleros de la zona, que ya no sabían en dónde depositar el vidrio.