La edición más ambiciosa del Flores Rock se celebrará sin uno de los grandes. Si el hueco que dejan los que se van está en relación con la personalidad y el cariño que repartieron en vida, la pérdida de Iván, o Jabalí como era conocido por todos, es como si sobre el mismísimo centro del Barrio de las Flores hubiera caído un meteorito. El golpe recibido el pasado 15 de agosto aún duele en el corazón de muchos que mantenían una de esas interminables charlas sobre filosofía de la vida, música, cocina o política, pero no ha hecho sino más fuerte la voluntad de hacer de esta edición algo inolvidable. Una pancarta con su foto lo dejará bien claro: “Siempre con nosotros Iván ‘Jabalí’”.
En la instantánea luce su inconfundible perilla y posa con una de las paellas que año tras año se convirtieron en otro de los reclamos de la otra parte del festival del barrio.
Resulta complicado abarcar el medio siglo de aventuras de Jabalí, en el sentido más estricto de la expresión. En cuanto alguien tenía la oportunidad de intercambiar dos minutos de conversación le encantaba presentarse orgulloso como exparacaidista, con servicio condecorado en Afganistán o la guerra de los Balcanes. Después de varias anécdotas para parar un tren, y si de fondo sonaba algún tema rock, también acostumbraba a recordar sus tiempos como seguridad privada de Bruce Springsteen. “Le llegaba por aquí”, bromeaba con un tono de voz característicamente profundo. Eso sí, siempre pedía que le repitiesen las cosas dos veces. “De este oído no escucho”. Era una de las tantas secuelas de los servicios en el Ejército español.
Jabalí no eludía jamás el debate político y mostraba un profundo respeto desde la discrepancia. Sobre todo le gustaba hablar y argumentar. Quizás por eso, y también por desgracia, puede considerarse un paradigma de lo transversal del Flores Rock, donde la organización elude cualquier tipo de identificación política y apela a la pluralidad. “En ningún momento nos gusta hablar de política y queremos llevar la libertad de expresión a rajatabla”, explica, harto por la polémica alrededor de la actuación de Banda Bassotti, el tesorero de la Plataforma Vecinal y responsable de la organización, David Pujades. “Nadie pide guerras, nadie quiere entrar en conflictos, simplemente queremos hablar de música”, añade.
Pero analizar el Flores Rock y no poner en valor su papel como activo del barrio sería igualmente injusto. “Somos una zona periférica y lograr la confianza del Ayuntamiento para darle presencia a una zona olvidada, dinamizar la economía o dar a conocer un sitio con muchas viviendas vacías es importante”, subraya Pujades. “Hay que ver el mérito que tiene rejuvenecer el barrio con un festival que ya tiene trascendencia en toda Galicia”, finaliza antes de los primeros acordes.