Las butacas sobre las que voló por primera vez Mary Poppins en A Coruña vuelven al Cine París

El que en su día fuera decano de las salas de proyección españolas recupera una docena de asientos de la reforma de 1965
Las butacas sobre las que voló por primera vez Mary Poppins en A Coruña vuelven al Cine París
Los asientos, restaurados por un anticuario, han vuelto a su emplazamiento original | AEC

La experiencia nostálgica que propone el Cine París en su nueva etapa hostelera va más allá de la todavía reconocible estructura primigenia o de la fachada icónica asentada en la calle Real desde 1900. La recuperación de una docena de los asientos sobre los que disfrutaron entre 1965 y 1999 varias generaciones de coruñeses es un guiño más al pasado instalado en la memoria colectiva de la ciudad.


Actualmente está en su cuarto uso histórico, después de la tienda de moda Villa de París, hasta 1908, los más de 90 años de sala de proyecciones, el comercio de Inditex y, desde 2022, la cafetería y discoteca. Su apuesta es marcada por apuntar al corazón de quienes disfrutaron por primera vez de algunos de los grandes clásicos del séptimo arte en pleno centro de A Coruña. La serigrafía que antaño gobernaba la fachada preside ahora el llamado Cielo de París, la parte superior y más juvenil. Además, el edificio ha recuperado buena parte de su aspecto original y, sobre todo, parte de la zona de cafetería es el reclamo nostálgico sobre el que muchos reparan y en el que sacan fotos para contar batallitas a sus hijos y nietos: un total de 12 asientos de la reforma de 1965 han regresado a su ubicación original, previo paso por un anticuario que se había encargado de dotarles del glamour y la esencia de cine de mediados del siglo pasado

 

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Los asientos del Cine París han regresado a su lugar original | AEC

 

Las butacas, dispuestas en tres filas de cuatro asientos, mantienen la seudocomodidad de entonces: son especialmente bajas, reclinables en cuanto deja de posarse el trasero sobre ellas, y próximas las unas a las otras. Sin embargo, el hecho de haber sido parte de la infancia de muchas generaciones compensa cualquier tipo de contratiempo. “A los pocos días de instalarlas la gente empezó a preguntar por ellas y los turistas vienen cada vez más a hacerse fotos”, explica Emilio Ron, actualmente gerente del París. Fueron, por ejemplo, sobre los que algunos privilegiados disfrutaron de las navidades de Julie Andrews, cuando tanto ‘Sonrisas y Lágrimas’ como ‘Mary Poppins’ causaron sensación en España. La lista de clásicos desde entonces hasta el cierre en 1999 incluye, por ejemplo, toda la saga de ‘La Guerra de las Galaxias’, con el fenómeno fan que ello conlleva. “Vienen mucha gente a contarnos esas batallitas y otros que desconocían cómo era el local y busca reconocer el cine antes. En esos hacemos pequeños tours guiados”, subraya Ron, quien apunta que las butacas fueron entonces un elemento de modernidad revolucionario para la época.


Recuperación 

Otros elementos especialmente reconocibles son prácticamente un sueño inalcanzable para la actual gerencia del establecimiento, como es el caso de la lámpara o el proyector original. “En un primer momento la lámpara se mantuvo, pero se dieron tres reformas integrales y acabó por perderse”, explica Ron. Y es que el Cine París, cuando cerró sus puertas en 1999 con la proyección de ‘La Guarida’, era el decano de las salas de proyección a nivel nacional. 


Uno de esos iconos que todavía pueden ilustrar sobre las nueve décadas de recorrido del Cine París es su histórico gerente Luis, a quien Emilio Ron tiene pensado dedicar una parte del local con en forma de placa o nombre de un reservado. “Se trata de darle las gracias, porque nos ha contado recuerdos que sólo están en su cabeza, y también queremos darle las gracias por haber gestionado la sala tantísimos años, hacer un guiño a su persona. Incluso estuvo con nosotros en la inauguración”, apunta. 


Banco Pastor 

La gerencia del Cine París tiene claro que la hostelería es determinante en el mantenimiento y la revilitazación de edificios y bajos emblemáticos de la ciudad. Pone como ejemplo el caso de antiguos urinarios públicos y bancos en toda Inglaterra. “El noventa por ciento de los bancos tradicionales ingleses han cerrado y la mayoría son ahora pubs temáticos. Quién le iba a decir en su día a Pedro Barrié de la Maza, por ejemplo, que el Banco Pastor acabaría por ser un bar”, asevera el hostelero. 


No obstante, la filosofía es avanzar hacia el futuro con el pasado muy presente. “Queremos hacer a corto plazo un cineclub y eventos de teatro, pero estamos todavía en fase de implantación del proyecto”, finaliza Emilio Ron, orgulloso de sentarse donde muchos coetáneos disfrutaron en su día como niños. Y es que los que en su día juraron junto a Escarlata O’Hara que no volverían a pasar hambre ahora le piden al bartender no pasar sed. 

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