Por cada plaza de parking subterráneo o garaje hay ocho coches en A Coruña

Por cada plaza de parking subterráneo o garaje hay ocho coches en A Coruña
Un coche sale de un garaje particular, de los que hay cerca de 8.37 plazas en la ciudad, según datos del año pasado | patricia g. fraga

La ciudad está cambiando mucho. La nueva forma de ver el espacio urbano, que comenzó hace décadas con otros gobiernos locales pero que se ha acelerado con el de Inés Rey debido a la pandemia, implica reducir la presencia de los coches en las calles, lo que deja en el aire dónde aparcarlos. La alcaldesa, en una intervención en el foro de las Ciudades Atlánticas, en San Sebastián, sugirió que el dueño de un vehículo debe disponer de una plaza de aparcamiento en un garaje o parking. “Si se compra una vaca, será porque tiene un establo”, declaró. Sin embargo, según las estadísticas municipales, en A Coruña hay ocho coches por cada plaza de parking o garaje comunitario. La conclusión es que faltan establos.


Efectivamente, en 2021, los datos recogían 6.638 plazas de alquiler horario en toda la ciudad, y 8.347 de residentes. En total, 14.985. Es una cifra que se sigue manteniendo estable desde 2015, cuando se abrieron los aparcamientos de la plaza de As Conchiñas y el Materno-Oncológico, que aportaron entre ambos unas 750 plazas. Pero a partir de ese año, no ha habido un aumento significativo en el espacio de los parkings.


Eso significa que la gran mayoría de los dueños de los 117.573 turismos (a los que hay que añadir furgonetas y otros vehículos) tienen que dejarlos dormir en la calle, ya sea en la zona ORA; que cuenta con 3.188 plazas, o la re residentes, que son 1.589.


La escasez de aparcamientos siempre ha sido un problema delicado que han tenido que afrontar todos los gobiernos locales cada vez que quieren “humanizar” una calle. Sobre todo en barrios como Monte Alto, o Agra do Orzán, que fueron construidos antes de que la normativa obligara a construir garajes en cada comunidad, pero donde, afortunadamente, no existe zona azul.


Es en estos barrios donde los coches se agolpan a menudo en doble fila, aprovechando hasta el último centímetro de espacio útil. Son ellos los más perjudicados por los efectos negativos de la política urbanística municipal aunque, como señaló Rey, “no existe el derecho a tener coche y no existe el derecho a aparcar”.


A pesar de estas declaraciones, lo cierto es que el Gobierno local mantiene ciertas políticas para tratar de paliar la eliminación de plazas de aparcamiento.


Bolsa de oportunidad

Una de ellas, que comenzó con la Marea Atlántica, es la localización de bolsas de oportunidad: primero se empleó las antiguas vías del tranvías en la zona del Paseo Marítimo en Os Pelamios, y luego en Zalaeta, aparcando en la mediana. Después pasaron a reordenar los aparcamientos, pasando de en línea a en batería, lo que permite ganar un 50% más de espacio: la Cuesta de la Unión o la plaza de Pontevedra son lugares visibles donde se ha puesto en práctica esta medida, aunque hay otros lugares por toda la ciudad. De esta manera, se minimiza el impacto de las peatonalizaciones.


Por otro lado, los aparcamientos públicos menos céntricos se encuentran infrautilizados, como los de la ronda de Outeiro, o el parking del Luis Seoane. El Ayuntamiento comenzó a negociar con las empresas que gestionan algunos aparcamientos hace ya más de un año, pero todavía no ha fructificado en un acuerdo de precios bajos para los vecinos. El estado irregular de algunas de estas concesiones permite al Ayuntamiento recuperarlas y administrarlas directamente a través de la empresa municipal Emvsa.


Otros proyectos, como la Intermodal, ofrecerán más espacio de aparcamiento pero, aún así, el coche seguirá perdiendo espacio en las calles coruñesas. La cuestión es cuánto.

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