Calvo Sotelo, el muelle que nació hace cien años para la emigración

Las obras no se completaron hasta 1939, y mientras tanto se usó como zoológico y campo de fútbol
Calvo Sotelo, el muelle que nació  hace cien años  para la emigración
Acotadas en naranja, zonas que se rellenaron para construir el muelle de Calvo Sotelo y el terraplén de San Diego, dos proyectos cuyo germen cumple un siglo | TOMADO DEL LIBRO ‘El puerto y la ciudad de a CORUÑA’ (1998)

Tal día como hoy, 10 de febrero, pero de hace cien años, los coruñeses se despertaban con una noticia extraordinaria:El Muelle de Trasatlánticos aprobado”, titulaba en su primera El Ideal Gallego, que ilustraba la noticia con un gráfico en el que se explicaba que esa obra, y la del “muro terraplén sobre la playa de San Diego”, acababan de ser aprobadas por Real Orden.  En el catálogo de la exposición ‘El Puerto y la Ciudad de A Coruña’, dirigido por Carlos Nárdiz, Juan R. Acinas y profesores de Caminos de la UDC, se explica la importancia de estas dos infraestructuras, que son, junto al dragado del puerto, las actuaciones más importantes realizadas en ese ámbito en la segunda y tercera décadas del siglo XX.


Precisemos de entrada que ese muelle no es lo que hoy conocemos con el apellido de Trasatlánticos (concluido en 1991) sino el que denominamos Calvo Sotelo. Según se recoge en la citada publicación, la construcción del Muelle de Trasatlánticos original se justifica por “el considerable movimiento de viajeros que había experimentado el puerto, fundamentalmente hacia la emigración”.  Esta obra no solo afectó a Calvo Sotelo, sino a parte de lo que hoy es Batería, muelle contiguo.

 

 

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Vista aérea de la construcción de Calvo Sotelo (entonces Trasatlánticos) | ‘El puerto y la ciudad de a CORUÑA’ 


Tres puertas de salida


El inicio de la emigración a América se sitúa en el puerto coruñés a finales del XVIII, pero las grandes oleadas llegarán después. La primera es la que los historiadores sitúan entre 1882 y 1935: se marchan en torno a 4,7 millones de personas, de las cuales cerca de dos (el 41,8% del total) eran gallegas. Entre 1901 y 1920, zarpan de puertos de lo que entonces era una región (Vilagarcía, Vigo y, sobre todo, A Coruña) un total de 775.595 individuos.


Los barcos que hacían ese servicio necesitaban mayor calado del que existía en el puerto coruñés, como el ‘Limburgia’, que en la época era el más grande que visitaba la ciudad con sus 180 metros de eslora y 10 metros de calado. Así que para poder dar servicio a esa emigración transocéanica, en 1923 se redacta el proyecto de muelle de Trasatlánticos, aprobado por el Gobierno de la nación hace justo cien años. En 1927 se inician las obras, que debido a problemas técnicos, laborales y políticos no se acabarán hasta 1939, año del final de la guerra civil, si bien se utiliza antes parcialmente. Durante los trabajos se producen usos insólitos de este espacio en construcción: como campo de fútbol e incluso un zoológico. Tras el asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 por parte de un miliciano socialista, el muelle fue rebautizado en honor al líder monárquico.


En sus últimos años acogió tráficos de madera, vidrio y otras mercancías, antes de quedar liberado de actividad portuaria a finales de 2022. Como señal de lo que fue, se han conservado unos silos de cemento (los más altos, de 1.000 toneladas cada uno), la antigua rampa para ferris y una grúa, además del mareógrafo, que depende del Instituto Geográfico Nacional y que continúa funcionando. Los usos futuros de los 50.000 metros cuadrados (cinco plazas de María Pita) de Calvo Sotelo están pendientes de la decisión de las administraciones.

 

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Construcción del muro de San Diego y de Calvo Sotelo (entonces Trasatlánticos) | ‘El puerto y la ciudad de a CORUÑA’ 


El relleno de San Diego


Las otras obras fundamentales realizadas en el puerto en los años 20 y 30 del siglo XX son el dragado general, que se realizó para mejorar el insuficiente calado de los muelles y el canal de acceso, y el muro terraplén sobre San Diego, que nació porque la entonces llamada Junta de Obras del Puerto decidió aprovechar los materiales derivados de ese dragado para conseguir nuevo suelo portuario.


Se realizó un relleno de 100.000 metros cuadrados sobre ese arenal, donde hoy está la estación de tren del Adif. 

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