Es un tipo de turismo que nunca pasa de moda y que desde la pandemia ha vivido un auge sin precedentes. El camping se ha convertido en una opción turística altamente demandada y el abanico de ‘alojamientos’ se ha diversificado: ya no solo hay tiendas y caravanas, sino todo tipo de vehículos camperizados. 

Dicen estar viviendo un gran agosto, en un verano que “ha tardado en llegar”. Así, la primera quincena de julio se registró una ocupación menor a la habitual debido a las lluvias pero después “la cosa remontó”, declaran desde algunos campings del área metropolitana coruñesa. El vivir rodeados de naturaleza, la libertad de horarios y la cercanía a la playa son algunos de los reclamos de este turismo, que además ofrece precios más económicos que la mayoría de hoteles. 

Un agosto para enmarcar

Mercedes Campaña, del camping Los Manzanos de Santa Cruz (Oleiros) destaca que agosto está siendo un mes espectacular y prueba de ello es la ocupación al cien por cien de sus bungalows y de gran parte del recinto. “En agosto se trabaja todo: tienda, caravana, bungalow, furgonetas...”, explica la responsable de la instalación, que cuenta también con una parte de clientela habitual que reserva de un año para otro.
Los Manzanos, fundado en 1982, tiene 13 bungalows y unas 80 parcelas, con servicios como piscina o un restaurante que trabaja durante todo el año y “tiene mucha fama en la zona”, dice Campaña. Al camping acuden viajeros de todos los puntos de Galicia, España y el mundo: “Este año tuvimos alemanes, ingleses, franceses... solemos abrir desde Semana Santa hasta septiembre, pero depende del tiempo. Esto es Galicia”, explica.

En el camping Aguiar de Gandarío (Bergondo), que puede acoger como máximo unas cien personas y que funciona desde hace 14 años, llevan un mes “desbordados”. “Desde la última semana de julio estamos a tope. Julio siempre es un poco más flojo, pero es que este año además hizo muy mal tiempo y todo se llenó más tarde”, apunta Isabel Pulido, gerente, quien asegura que “hubiéramos llenado otro camping igual que este con la gente que hemos tenido que dejar fuera este agosto”.

Tipos de clientes

En este recinto, ubicado en lo alto de la playa de Gandarío, en Moruxo, trabajan más el campismo de paso y no tanto la clientela fija. “Lo tengo más adaptado a turistas, el país extranjero desde el que más nos visitan es Francia. Después Alemania, Países Bajos e Italia, y este año hubo bastantes ingleses”, indica Pulido, que sitúa a Cataluña, Madrid y País Vasco en el podio de los visitantes que proceden de fuera de Galicia, “aunque en los últimos años ha venido muchísima gente de la Comunidad Valenciana y Murcia que escapa del calor en su zona: buscan poder dormir”.

El perfil de campista es variado, desde parejas jóvenes a familias con hijos y matrimonios mayores que llevan toda la vida. La pandemia contribuyó al auge del campismo: “La autocaravana y las camper se multiplicaron, gente que nunca había acampado se animó”, comenta Isabel Pulido, que destaca la “libertad” que aportan este tipo de recintos para que pequeños y adultos puedan realizar todo tipo de actividades al aire libre. 

Esteban Álvarez, propietario del camping Velo Mar de Veigue (Sada), sitúa en un 95% su volumen de ocupación actual. “Está siendo un buen mes, pero con un mes no arreglas, a ver qué tal se da lo que queda de temporada”, manifiesta, y añade que han nacido nuevos tipos de campismo, como los mecanismos para situar encima de un turismo estándar una tienda de campaña elevada: “Todo lo que te puedas imaginar acampa aquí”, bromea Álvarez, que recibe turistas de todo el mundo, desde portugueses hasta suizos y brasileños.

"Tenemos un porcentaje de gente que pasa la temporada, pero no queremos superar la mitad del camping y dejamos el resto para turistas de paso”, apunta el responsable de este camping, que comenzó a funcionar en los años 70.

La comarca y, en general, toda la provincia de A Coruña gozan de una amplia oferta campista, con opciones para todos los gustos y bolsillos.