Se le atragantó la sobremesa a los cientos de conductores que enfilaban el camino de entrada y salida a la ciudad, algo que se antojó entre lento y tedioso desde las 15.30 horas. Dos colisiones, una en cada sentido de la marcha, causaron retenciones kilométricas y obligaron al corte de los carriles para atender lo que en realidad habían sido colisiones y alcances de escasa importancia para los afectados.
Fueron hasta cinco los implicados en el primero de los accidentes, éste en dirección entrada a la ciudad, sin mayores daños personales y en el que todo parece indicar que las condiciones del firme y la deficiente distancia de seguridad jugaron en contra de la seguridad activa de los coches. Comenzó entonces una odisea para quienes se incorporaban tanto desde la carretera general como desde la AP-9, ya que el corte de un carril de circulación hizo el habitual efecto embudo.
Menos aparatoso, aunque igualmente lastimoso para la paciencia de los afectados, resultó la colisión por alcance en dirección salida que se produjo alrededor de las 16.15 horas. De nuevo obligó al corte de la circulación parcialmente y por consiguiente la extrema dificultad para abandonar la ciudad. De hecho, muchos de los afectados comunicaron retrasos a la hora de llegar a sus puestos de trabajo.
En ambos casos la rápida intervención de la Policía Local evitó un caos todavía mayor.