‘No nos vamos, nos echan: las luchas contra la precariedad de la nueva diáspora española’ es un espejo incómodo, una lucha por unos derechos que no entienden de fronteras, un testimonio del pasado, que a la vez “presenta el reflejo de nuestra realidad más reciente”.
Así es como lo expresa Carlos Diz, que junto a Belén Fernández-Suárez, y la participación de un total de otros 22 autores, estrenaron un ensayo escrito que analiza el papel de los movimientos sociales que emergen para dar voz a las demandas de la nueva migración española en Europa a partir de la crisis económica de 2008, como el derecho a la sanidad, denuncia de las agresiones sexistas y lucha feminista, entre otros aspectos.
El nacimiento de la obra, un encuentro entre académicos. “Este libro es el producto de un proyecto de investigación que arrancamos en 2020 en el que las personas migrantes tienen gran protagonismo”. “Es una construcción colectiva de un espacio de académicos en el que se enmarcan una serie de hitos contados en los libros”, explica Fernández-Suárez, profesora de Sociología en la UDC y experta en dinámicas migratorias.
A su lado, Carlos Diz, que concuerda con su compañera en la importancia de la construcción colectiva entre académicos e incide en que “el libro está teniendo mucho eco y un gran recorrido, tanto por la variedad como por las diferentes temáticas que se abordan alrededor del relato.
No obstante, la composición es más que una oda a los movimientos sociales ligados a la migración de la juventud española como un sujeto político transnacional atípico en el contexto europeo. Es también capaz de dar voces a las demandas de una migración silenciosa intraeuropea.
“Es una obra mancomunada –participan 24 autores– que aborda los movimiento sociales de la nueva migración española en ejes vinculados al feminismo o al derecho a la vivienda, entre otros”, apunta Diz.
Belén Fernández-Suárez: “Se nos vendió como que la generación más preparada tenía que emigrar, los discursos políticos se construyen para opacar otras realidades”
Es una obra compuesta por más de una veintena de autores relacionados con la universidad. Algunos, profesores de la propia facultad de Sociología, como Antía Pérez, otros, docentes o activistas de diferentes partes del territorio nacional y del extranjero, como Marta Pérez, profesora en la Universidad Complutense de Madrid, o Nuria Fraile, activista de la Oficina Precaria de Escocia.
Dicen que el que no conoce la historia está condenado a repetirla. De ahí la importancia de cómo un testimonio del pasado puede ser una llamada a la acción en el presente. “Es de vital interés en el presente discurso político”. “Hoy en día también nos echan de los barrios, de nuestra vivienda”, comenta Fernández-Suárez.
No obstante, sigue presente la idea utilitarista del migrante. “Viene un poco de los discursos oficiales, vienen a trabajar donde no quieren trabajar los demás”. Una idea que opaca otras realidades. “No se pone en valor otro tipo de riqueza”. “Se nos vendió como que la generación más preparada tenía que emigrar, los discursos políticos se construyen para opacar otras realidades”, señala la docente de la UDC.
Los mismos que se fueron son padres de los que algún día tienen que volver. Quizá, porque de forma inherente, tenemos una conexión con el pasado. Según Diz: “Este libro puede funcionar como espejo, un espejo incómodo”. “Todos somos hijos, nietos, sobrinos o primos de migrantes”.
Carlos Diz: “Este libro puede llegar a funcionar como un espejo incómodo entre nuestro pasado y nuestro presente. Todos somos hijos, nietos, sobrinos o primos de migrantes”
A lo largo de la obra, “encontramos discursos de aquellos que viajan por necesidad, de su perseverancia, de esa capacidad que tuvieron para incidir políticas”. “Nos han hecho mejores, lo tengo claro”, expresa Carlos Diz. Ambos coinciden en la puesta en valor de contar historias. “Es nuestra obligación darlas a conocer”. Sobre la universidad, creen que “es importante que apueste por proyectos tan gratificantes”.